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jueves, abril 25, 2024

Patear quiruma, quedar singachos y ¡plop! condorito

a través del cristal
Willian Gallegos Arévalo
columnista

El vocabulario selvático es proverbial por sus agudezas y por la connotación que le dan a sus propias experiencias y a las asimilaciones de personajes y circunstancias introducidas. Y esas palabras y frases llegan a tener su encanto sobre todo por la gracia, enjundia y los momentos especiales en que se pronuncian, casi siempre relacionados al humor.

Con el riesgo que Roldán del Águila García, prestigioso catedrático de la Universidad César Vallejo, me refute, las frases indicadas son sinónimas, pero no significan lo mismo. Para quienes han leído el Diccionario de Sinónimos, de Roque Barcia, recordarán el sentido de los sinónimos. Pero como no estoy para vainas, puesto que no quiero ser alcalde, sigo con lo mío. Diré, entonces, que las frases del título deberán aplicarse o usarse en ciertas circunstancias, pues ¿cuándo se queda uno singacho, ¡plop! Condorito o termina pateando quiruma?

Singachos nos quedamos cuando esperamos algo y no se concreta. Quiere decir, entonces, que la cosa no llega; se ha esperado en vano. Lo contrario ocurre como en el caso de la plata que llega sola, como le llega a don Alan García Pérez. Y este personaje se quedará singacho cuando no la agarra la tercera vez a pesar de que se encuentra en campaña permanente. [Reflexión: nunca se ha visto a un tipo enfermizo por estar en las primeras planas de los diarios. Su obsesión por la figuración tiene connotaciones propias de un sujeto decididamente sicópata, lo que le hace ser un político peligroso pues nunca se sabe lo que va a hacer; pero tiene su gente el bandido. Recordemos su ataqué al TLC con los Estados Unidos, que exigía que Toledo no lo firme y él majadero se desesperó por firmarlo cuando ya presidente por segunda vez].
“Patear quiruma” es cuando no encontramos lo que esperábamos, siempre en el sentido de traslado, como el ir por lana y salir trasquilado: o sea uno va y no encuentra lo que desea. Por ejemplo, cuando la chica le acepta una cita en Picota al mozandero y ella no llega nunca al encuentro. Entonces se dice: “La hembra le ha hecho patear quiruma”, cuando el gallito no ha conseguido subir al pijuayo.

Quiruma es la versión de un tocón de menor grosor. Generalmente es la parte del tallo que ha quedado después de un corte y no sale del suelo más de diez centímetros y corresponden a un arbusto o a especies arbustivas. Las quirumas, por ser sus dimensiones pequeñas, no se los distingue y la gente termina tropezándose en ellos. Como ocurre cuando nada hacía presagiar que un caminar tranquilo y con donaire termina en un tropezón de padre y señor mío, la frase se ha hecho proverbial. Por eso se aplica a lo que uno va a buscar y las cosas no salen como lo teníamos previsto. Ya se dice, por ejemplo, que muchos políticos platasapas van a gastar su dinero queriendo ser alcaldes, presidentes regionales y van a terminar “pateando quiruma”.

¿Y “quedar ¡Plop! Condorito? Bueno, esto ocurre cuando se recibe algo inesperado; o sea, eso que no estaba en nuestro libro. La frase viene del conocido personaje cuyas simplonadas causan más de una sorpresa dejándolos estupefactos como a doña Tremebunda, o al bacán y antipático Pepe Cortisona, su emblemático enemigo en la conocida historieta que creara René Ríos Boettiger “Pepo”. El primer ejemplar de Condorito llegó a Tarapoto en el año de 1972 y el personaje se quedó para siempre, pues en esta ciudad se creó eso de “quedar Condorito”, cuando ´nos dan en nuestro resho´.

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