21.6 C
Tarapoto
viernes, abril 19, 2024

DIOSES: HOMBRES DE BIEN

Por: Christian Marquina Alván

Director de la Casa de la Cultura – Filial Tarapoto

Leyendo hace poco a Filóstrato en su libro “Vida de Apolonio de Tiana”, me interesaron particularmente dos episodios en los que se define clara y sencillamente lo que los grandes sabios de la antigüedad entendían por “Dioses”, ciertamente una definición muy objetiva y alejada de la noción fantasiosa o fenoménica de nuestra época. Nos narra Filóstrato:

 “Así pues, Apolonio preguntó de nuevo quiénes creían ser. Y el otro respondió: -Dioses -y al preguntarle por qué, contestó: PORQUE SOMOS HOMBRES DE BIEN. A Apolonio le pareció que esto estaba lleno de tanta verdad, que le dijo lo mismo posteriormente al Emperador Domiciano en el discurso en su propia defensa: ¿En virtud de qué los hombres te llaman dios? -Porque -respondió- cualquier hombre que sea considerado bueno, se ve honrado con eI sobrenombre de dios.”

Esto me llevó inmediatamente a meditar reflexionando acerca del BIEN y de lo difícil que es alcanzarlo. Recordé que muy pocas personas en el mundo pueden decir cabalmente que han alcanzado el BIEN verdadero, reivindicando una vez más aquel sabio dicho popular de que “EL CAMINO AL INFIERNO ESTÁ LLENO DE BUENAS INTENCIONES” o aquella profunda expresión de Ouspensky citada por el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière: “Evidentemente todo el mundo actúa siempre “por la buena causa”. Cada quien se agita para servir al bien, ¡“como él lo entiende”! Pero cada uno lo entiende de manera diferente y por consiguiente los hombres se desgarran y se masacran ¡“para servir al bien”! La razón no obstante es la misma: su ignorancia y el profundo sueño en que viven”.

En efecto, el BIEN verdadero es algo tan difícilmente alcanzable que ¡Ay! siempre es patrimonio de muy pocos seres quienes gracias a su Sabiduría y Saber (Conciencia de Vida) fueron llamados DIOSES en la antigüedad. Por ejemplo los Grandes Iniciados, Maestros de la Humanidad que fueron reconocidos como Hombres Dios por quienes los rodearon: Wiracocha, Quetzalcoatl, Naylamp, Horus, Hermes, Pitágoras, Jesús, Fo-Hi, Gautama el Budha, Zoroastro, Prometeo, Apolo, Mitra, etc.

Todo ello nos lleva a comprender mucho mejor al papel y la importancia que los INICIADOS siempre han tenido para la preservación y evolución de la humanidad como verdaderos benefactores de la humanidad (puesto que PARA HACER REAL Y VERDADERAMENTE EL BIEN HAY QUE ANTE TODO SABER HACERLO, es decir, hacerlo con conciencia, sabiduría y conocimiento de causa) estado que solo se alcanza plenamente después de haber recorrido el difícil sendero de la auto-realización ontológica y trascendental bajo los sagrados métodos discipulares preservados en los Colegios de Iniciación Mayor de la milenaria Gran Tradición Iniciática. (ver: www.magnanet.org)

Como bien lo señala el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferri

ère: “Los INICIADOS son verdaderos benefactores de la Humanidad, en un grado cualquiera, ya que sólo se ocupan del bien general. Son ellos verdaderos constructores que buscan edificar según un Ideal de los más elevados, concerniente lo mismo al mundo físico como a los dominios intelectual, espiritual y moral. Sus sentimientos verdaderamente humanitarios y filantrópicos les permiten un trabajo desinteresado, animándolos en todo el amor universal. Aquellos que están animados de una firme voluntad de progreso, de elevación y de liberación espiritual deben agruparse y fundar una colectividad de perfeccionamiento, por encima de las limitaciones y trabas de la vida materialista. Fue así como tuvieron origen las Comunidades Sagradas e Iniciáticas a base de este deseo de mejoramiento, teniendo en cuenta las lecciones extraídas de los Antiguos.”

“Por muy grande que sea el abismo entre el hombre de bien y el pecador, es aún más grande aquel que existe entre el hombre de bien y el hombre que alcanza el Conocimiento; y es inconmensurable entre el hombre de bien y aquel que se encuentra en el umbral de la Divinidad” (de la “Luz en el Sendero).

Dicho de otra manera, sería un error creer que solo el conocimiento, la técnica y la ciencia, son los factores indispensables para evolucionar favorablemente. Cierto, es necesario el estudio, pero este debe ser tomado con un cierto espíritu; toda ignorancia es antinatural y la ignorancia es una prueba que es preciso vencer con la oración.

No se trata, evidentemente, de una simple “creencia” sino de una moral elevada capaz de colocar al ser en contacto con los Planos Superiores. Ser “hombre de bien” es una cualidad individual que no se adquiere [exclusivamente] con la ayuda del conocimiento…

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,536FansMe gusta
264SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos