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martes, abril 16, 2024

Circo Beat

Por Karina Roncal Alva

Despertar, un nuevo día, perfecto para un café bien cargado. Mientras el cuerpo va preparándose para el arduo día de trabajo, hay un pequeño zumbido incómodo, nauseabundo, irritante, cuando por el televisor escuchó la voz chillosa, aniñada y estresante de Flor Polo. Las noticias del día son: “Flor Polo engaña a Nestor”, “Edwin Sierra es infiel con la cuñada”, “Shirley Arica finge desmayo por ampay”…
¿La televisión es un vehículo de cultura?, el formato actualmente está creado más para entretener que para culturizar, en la utopía podría ser un excelente vehículo para la cultura, pero la sociedad hace mucho que lo ha colocado como el principal medio de entretenimiento y los medios se han aprovechado de ello, prostituyéndola y volviendo de la basura un mercado de chatarrería de venta de sexo, violencia, dramas y peliculinas.
Hoy en día la TV nos ha dado carta abierta a un nuevo y gran poder, ya no es limitante la chismosería del barrio y saber qué hace la vecina que no te cae y a la que le inventas más de tres novios, eso ya resulta poco interesante; hoy en día la vida te da nuevas oportunidades para explayarte y enterarte con quién le sacó la vuelta el jugador X a la bailarina, aparecen temas que puedes comentar y juzgar; durante toda la semana del ampay desayunarás, almorzarás y cenarás con el tema de interés social y de trascendencia.
Uno de los problemas es que nosotros mismos no sabemos exactamente lo que es y lo que no es TV basura. ¿Es “Combate” TV basura? ¿Es “La Voz” TV basura? ¿Es “Amor Amor Amor” TV basura? ¿”Al fondo hay sitio” es basura?. Lo realmente interesante es que ninguno de ellos mismos, evidentemente, se consideran TV basura. Y evidentemente no todos los mencionados lo son. Pero claro, nadie va a decir: “Yo hago basura” así lo piensen en privado. (Beto Ortiz).

EL VALOR DE LA VERDAD ha conseguido llegar al gusto de saber de la vida de los demás y cuanto más atropellada sea, mejor. Una jovencita que aceptaba haber sido prostituta delante de su padre. ¿Eso puede educar o culturizar?, si en la realidad esa joven hubiese tenido altísimos valores, en lugar de prostituirse leyera, en lugar de beber escribiera, lo más probable es que nunca la hubieran llamado, no hubiese sido atractiva su vida, ni las críticas, ni el dinero que se llevó a casa, para luego ser asesinada, y en este desenlace, otra historia que duró como tres semanas en los medios de comunicación.
Las biografías tienen lados resplandecientes y oscuros, pero lo cierto es que cuanto más oscura la biografía, más interesante. A nadie le interesa la vida de una persona que es buena y tranquila, todos queremos ver a la chica que cambió sexo por coca para horrorizarnos, señalarla y sentirnos mejores. Si nos ponen a una persona que estudia, trabaja y es ejemplar nos vamos a sentir mal nosotros y eso no queremos. ¿Irónico?, realidad, señores.
En un país donde es más importante la corrupción, robar, valerse de sus cargos políticos para enriquecer sus propios intereses, soluciones inmediatas se ven a muy lejano plazo, al Estado le conviene tener a una sociedad de “títeres”, idiotizados con tanta basura, quienes permanecen con el cerebro adormecido para no poder darse cuenta de lo que realmente pasa en una sociedad, un país.
Debería instalarse un ente regulador, que la gente sea advertida que lo que está viendo es de “baja calidad cultural”, ya si la persona a pesar de ello prefiere seguir viendo eso, lo hará sabiendo que su contenido es calificado como bajo. El gran problema es que la basura “vende” por lo que la auto regulación nunca funcionará en un país donde el nivel de lectura compite por no ser el más bajo.
El gobierno debe intervenir, no prohibiendo, sino informado: “Usted tiene libertad para ver este programa calificado como de poco valor cultural”, recién ahí se podrá tomar medidas necesarias para reemplazar los formatos que no culturizan, por formatos de alta calidad cultural, educativa y formativa.
La televisión puede ser una aliada de la educación, de la cultura, de la libertad y puede contribuir a mejorar el nivel de convivencia y respeto entre los ciudadanos. Mal utilizada, puede provocar todo lo contrario. Los “programas basura” van llenando espacio en las cadenas locales y nacionales. Juicios paralelos, mentiras, bajos instintos, malos tratos, se escupe sobre la memoria de los muertos, lenguaje soez, griterío, calumnias, morbo y amarillismo. En ese circo mediático, magos, brujas, marcianos y famosos del escándalo. Personajes pintorescos que se prostituyen sin rubor ante las cámaras, por un minuto de gloria mediática.

“El opio del pueblo es la tele basura. Los curas tenían un poder inmenso pero la televisión es atroz. No se trata de ser analfabeto, se trata de sentirse orgulloso de sentirse analfabeto, me pone los pelos de gallina. Por suerte mis hijas leen, pensar que no fueran así me da escalofríos”
Joaquín Sabina

 

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