Por Willian Gallegos
En Tarapoto se publican varias revistas siendo la más antigua El Tarapotino, que convertido ya en referente de la historia sanmartinense, publicación que los editores siempre me hacen llegar como una demostración de consideración al ser uno de sus columnistas, gesto que agradezco. Otra revista de real presencia en la región es “El Ashishito”, de César Herrera Luna, quien no escatima tiempo ni economías para dejarlo en mi domicilio. Y aprecio esta revista por la originalidad de su diseño y por el estilo que le ha sabido impregnar tocando temas relevantes y de interés para los ciudadanos, como es el número 78, que acabo de leer.
No es la primera vez que le dedico un artículo encomioso a la revista. Y ahora lo hago porque la revista se convierte en un espacio plural para los candidatos, como aparecen ahora Manuel Aguilar, de Acción Popular; Pedro Bogarín Vargas y Alexander Albán Alencar, por el reformado partido aprista. Ya aparecerán Wilian Ríos Trigozo, de Nueva Amazonía, que ya se perfila para seguir en la buena ruta, Víctor Noriega, de Fuerza Popular; Daniel Vásquez Cenepo, de Fuerza Comunal; Rolando Reátegui, del MAS, y Julio Cárdenas Sánchez, de APP, que, como dicen, es la versión tradicional del Apra; o sea….
Me gusta la revista “El Ashishito”, no solo por la amistad con César Herrera Luna, sino por la valentía con que trata los temas, enfrentándose al poder, con todo el riesgo que significa, porque no hay peligro mayor como enfrentarse al poder político más aún si éste viene con sospechas de criminalidad, que casi siempre termina en el campo de la impunidad. Pero si los mafiosos encuentran en la revista una amenaza, más terrible es la sanción moral de ser condenado a La Horca, como se publica en todas sus ediciones, de donde cuelgan casi siempre políticos embusteros y verdaderos saltimbanquis. Porque estar en La Horca de El Ashishito, es una sanción lapidaria y Dios nos libre de esa sentencia.
Pero la sentencia de la horca ha sido abolida en el Perú, mediante Decreto de 03 de enero de 1822, firmado por el Protector don José de San Martín, con la rúbrica de Bernardo Monteagudo. Decía la norma: “Queda abolida en el Perú la pena de horca, y los desgraciados contra quienes pronuncie la justicia el fallo terrible serán fusilados indistintamente. Los que sean condenados a muerte por los altos crímenes de traición y sedición serán ejecutados del mismo modo, con la diferencia de ser puestos en la horca sus cadáveres para hacer más impresivo el castigo”.
Lo que acabo de citar podría motivar para una revolución en el actual sistema de penas en el Perú, con fiscales acusadores que, si no les liga uno, sacan un as de la manga para que sigan los procesos. Y solo ser válida y figurativa para la revista El Ashishito. Y volviendo al tema de las penas y la vocación carcelaria de algunos fiscales y jueces, más ominoso sería para el pillo, los artistas de la corrupción política, los jueces prevaricadores y para todos los mafiosos, ser condenados al ostracismo, para evitar gastos al Estado, despenalizar las prisiones y solo para los criminales y políticos psicópatas que tienen vocación de muerte, como cierto político figuretti y ególatra, que siempre está con sus dos piquichones aduladores.
Pero lo que más celebro de “El Ashishito” es su intemporalidad. Nadie sabe la fecha de su publicación, lo que le da cierto aire de misterio y lo ubica en las dimensiones arcanas para las cábalas de los estudiosos del futuro que investigarán para ubicarlo en el tiempo y en el espacio, que, en el fondo, es una estrategia de César Herrera Luna, gran periodista y mejor amigo.