Ricardo Quevedo
Si la fragmentación de la educación por la que venimos atravesando es producto precisamente (aunque suene increíble), producto de un sindicato denominado SUTEP, cuyos dirigentes de los últimos 10, 15 y 20 años, deberían en estos momentos de la coyuntura ser los sacrificados por sus legítimas traiciones que hicieron a sus compañeros de base a nivel nacional; traiciones que repercutieron en beneficio de ellos y en desgracia social y económica de una gran mayoría de docentes que manteniéndose fieles a los principios del sindicato magisterial, fueron consecuentes con esa filosofía reivindicativa de la carrera magisterial con sus eslabones de rescate económico que siempre fue esto la demanda de lucha de toda una vida de los maestros.
Para reivindicar esto, se crea a costa de toda una lucha el famoso SUTEP, en cuyos dirigentes podría haberse dado el camino de la solución si todos ellos, dirigentes del CEN nacional y de las bases regionales y locales, hubieran sido consecuentes con lo que pensaban y con lo que hacían: pensaban como unos “grandes luchadores”; se hacían creer como los referentes del rescate económico. Pero maldita sea, eran los primeros que habían disfrutado ya de todas las bondades sociales y económicas de la corriente neoliberal de los gobiernos de turno de todos los periodos. Es decir, pensaban una cosa hipócritamente, y en los hechos esos “pensamientos principistas”, no era otra cosa más que una entrega total a los gobiernos para que estos a su libre antojo hagan y deshagan de la educación. Y este libre antojo de todos los sucesivos gobiernos de estos últimos tiempos, es lo que miles y miles de maestros vienen pagando su propia desidia y su propia confianza depositada en terceras personas que eran los dirigentes.
Claro que fue desidia haber terriblemente confiado en unos cachupines del magisterio, que vendían a la educación como sistema social al mejor postor cuyos gobiernos negociaban previos acuerdos también con otras fuentes de poder que manejan la educación a nivel del mundo, teniendo como base fundamental el bloqueo económico permanente para que la educación sea visto como uno de los sistemas de poca o nula inversión; es decir, estos consorcios que manejan el poder económico del mundo les importa un pepino gastar en educación, y los gobiernos entreguistas como el peruano, hacen pactos con estos lastres del poder económico previa compra de los “dirigentes” y mercaderes de la educación.
En este contexto, tan caliente como esto de la Carrera Pública Magisterial, que el gobierno aprista lo inauguró, lo sacramentó y lo estableció jurídicamente con varias convocatorias a concurso público que para los mercaderes de la educación esto les pareció no solo un escándalo nacional, sino una traición contra el magisterio nacional, y como siempre pensaban una cosa y hacían otra, entonces fueron ellos los primeros que en forma secreta respondieron a las convocatorias del concurso para pertenecer a la Nueva Carrera Pública Magisterial, abandonándoles a todos sus demás colegas a nivel nacional, quienes por haber creído en la prédica traicionera de los dirigentes, no se inscribieron en ninguna de las convocatorias y perdieron la gran oportunidad de ver mejorada su economía de haber dado el examen para pertenecer a la NCPM. Lo que sigue después de esto ya es público conocimiento lo que hizo este gobierno humalista, quien su máximo líder Humala, también como un legítimo traicionero luego de pensar una cosa para después hacer otra, hizo de la educación lo que criticó severamente lo que no debe hacerse mientras era candidato.
De todos es conocido que sacó otra ley denominada “Reforma Magisterial”, que unificó obligatoriamente a todos los docentes que no pasaron a la Nueva Carrera Pública Magisterial, diferente y justo hubiera sido esa unificación con un paquete de reivindicación económica, previo concurso por supuesto, lo que recientemente se pretende hacer para el mes de setiembre a convocatorias de examen para los asensos de niveles.
Y es contradictorio y contraproducente y nada aceptable que estos mismos dirigentes que traicionaron a los maestros, ahora estén convocando a una paralización de 24 horas el día 28 de agosto a todos los maestros del país, cuando en su momento oportuno que se emprendió una huelga indefinida al inicio nomás de este gobierno, bajaron la cabeza como gallinas y como perros se metieron el rabo bajo las piernas, luego de las dádivas millonarias que recibieron. Con este perfil, no tienen ninguna autoridad moral para pedir nuevas paralizaciones, salvo con nuevos dirigentes como los maestros de la zona Sur.
Ahora que el gobierno tiene una deuda con los maestros por luto y sepelio y el 30% por preparación de clases, esto tiene que seguir su curso a través de las instancias judiciales y debe darse la presión por este medio legal para que el presente año sea cancelado o empiece a cancelarse estas respectivas bonificaciones, y para esto no es necesario que esos dirigentes del CEN del SUTEP, participen en estas demandas, porque nunca supieron ser fieles a favor de la dignidad económica de los maestros.