Como en toda campaña política, durante un proceso electoral, vamos a ver de todo, incluso invasión de la intimidad o el intento, con tal de dejar de lado al contrincante o a quien molesta.
Lo ocurrido en el distrito de La Banda de Shilcayo, donde, a través de un audio, se escucha al precandidato al Gobierno Regional de San Martín, Luis Neira, pedirle a una extrabajadora de ese distrito, que haga todo lo posible para sacar de carrera al precandidato a la alcaldía de ese distrito Vincent Saavedra. De no hacerlo existía la amenaza de hacer público un audio personal e íntimo de la señorita Quinteros con el exprecandidato.
El precandidato a la regional, ha negado que haya habido esas intenciones y que han manipulado el audio solo para perjudicarle, pero lo que se escucha, es claramente alguien manipulando no un audio, sino a una persona que se ha visto presionada para no sacara a la luz un audio que la implica con temas muy personales.
Es muy común jugar, a veces inconscientemente, el rol de víctimas. Luego de haber actuado de mala fe y con comportamientos que lo único que buscaba era beneficiarse y sacar de carrera a quien nos fastidiaba, sin importarnos la dignidad de quien nosotros consideramos una gran amiga, deja mucho que desear. Neira denunciará a los involucrados, nadie saldrá a pedir disculpas como lo pidió, pero no hay derecho a abusar y meterse en lo privado.
Pasar de un tema político a uno novelístico es lo que ahora se intentaría hacer con este caso. Lo que la señorita Quinteros y el señor Vincenth puedan decir en un audio no debe interesarnos, pues es un lío privado, pero usar esto para beneficiarse políticamente, es de cobardes.