a través del cristal
Willian Gallegos Arévalo
columnista
Hay ciudadanos que se convierten en símbolos no solo de sus círculos familiares y de su entorno social, sino de su generación. Y el hecho de serlos hace de ellos ciudadanos respetados por todos quienes los conocen y, más aún, por quienes tienen el privilegio de gozar de sus presencias y de lo que ellos mismos son. Y uno de ellos es mi tío Ghunter Gustavo Arévalo Pinedo, quien se ha convertido por sus propios méritos en un ciudadano notable que ha transitado por el mundo y por la vida prodigando enseñanzas, valores y, sobre todo, decencia, algo que tanta falta hace a los políticos grandilocuentes y bribones de hoy y de siempre.
Escribo esta semblanza de mi tío porque es necesario reconocer el significado de una vida puesta al servicio de su ciudad y de aquellos entornos en donde le correspondió cumplir con sus responsabilidades profesionales, y que lo hizo con ahínco, devoción y vocación de servir pues siempre entendió que la vida es una misión. Y aparte de todo ello, como diría Marden: su vida fue un compromiso.
Tengo un afecto tremendo por mi tío Ghunter. En verdad, los tenemos todos. Maestro de profesión, incursionó, sin embargo, en casi todas las actividades y disciplinas. Y como no pretendo hacer una necrología de lo que fue y lo que hizo, quiero destacar que fue uno de los basquetbolistas más destacados de la región San Martín, disciplina deportiva que comenzó a practicar cuando estudiante de la Escuela Normal de Varones, en Requena, promoviendo el voleibol en Tarapoto, cuando este deporte era considerado no adecuado aún para los varones y que a quienes lo practicaban se los miraba con sospecha. En basquetbol pasearía su calidad por toda la región con un equipo imbatible; se sentiría su fuerza integrando el Boys Tabacones, que dirigía el Ing. Manuel del Carpio Carrión.
Es hijo de Adolfo Gustavo Arévalo Delgado y María Antonieta Pinedo del Águila. Casado con Diomar del Águila Velásquez, una bella dama tarapotina, hija de Amadeo y de Zoraida, quien también se destacaría en el deporte. El maestro Amadeo sería también un docente emblemático de esta ciudad. De esa honorable relación matrimonial nacerían seis hijos. El tío Ghunter sería concejal de la Municipalidad Provincial de San Martín, durante la gestión de once alcaldes provinciales.
Gunther Gustavo Arévalo Pinedo tiene un palmarés impresionante, que es el logro de una vida de vocación y responsabilidad. Dirigente de instituciones sociales, culturales, deportivas y benéficas, promotor y fundador de instituciones; y por sus iniciativas creativas en todas las actividades que le cupiera realizar, es un valor ciudadano. Todo ello, como tareas complementarias a su labor de maestro y funcionario administrativo, siendo llamado a presidir y organizar instituciones, congresos, y en todos ellos dio muestras de su alto criterio e inteligencia. Sin embargo, quiero destacar que su exposición magistral sobre “Planes de Trabajo y Esquemas de Aprendizaje”, dictado en 1960, fue reconocido como aporte a la educación del país y que le fuera pedido desde las más altas instancias del Ministerio de Educación.
Rindo mi homenaje a mi tío Ghunter, en reconocimiento a su civismo, altruismo y por su aporte al desarrollo de la ciudad y de la región San Martín.