Las dos macro funciones de los congresistas son: dación de leyes y la permanente fiscalización. También la representación de la nación, el control político y la eventual reforma de la Constitución. Los congresistas representan a la población y deben trabajar para ella, por eso el pueblo en su conjunto les paga por sus servicios. Ninguno trabaja gratis, con sus propios recursos. La percepción del individuo de a pie, es que el Congreso mayormente se dedica a cumplir su función de fiscalización; pero una mala fiscalización, muy sesgada y convenida. Por éste pésimo trabajo de fiscalización, los congresistas mayormente tienen nota desaprobatoria y no deberían seguir en ese cargo, ni un día más. El monto de su remuneración es el más alto entre los funcionarios del sector público. No es justo que la población pague una alta remuneración a quienes no hacen un buen trabajo. En cambio, algunos de ellos, opinan abiertamente que el monto de su remuneración es muy exiguo. El poblador espera que el congresista reciba su remuneración de acuerdo a su trabajo realizado. Si realiza un mal trabajo, debe ser el congresista el que pague al pueblo con significativa multa, acorde a su deficiencia. El congresista representa a la nación y su trabajo debe circunscribirse a ese alto honor. Si representa a la nación, su trabajo tiene que ser para salvaguardarla, propendiendo a su desarrollo. Pero, lamentablemente, la realidad presenta otro rostro. La población observa con asombro, que los congresistas ocupan el valioso tiempo en satisfacer sus caprichos grupales partidarios, como si esa labor específica interesaría a la nación. Los grupos políticos deben dejar sus conveniencias partidarias para enfocarse de manera conjunta en los intereses del pueblo.
Parece por demás ridículo, que algunas agrupaciones políticas, siguen perdiendo valioso tiempo, pagado por el pueblo, en procurar hacer abortar las declaraciones de representantes de funcionarios de una corrupta empresa brasilera, porque hablarán de los montos que sus líderes han recibido, que, en buena cuenta, son dineros del Estado, es decir de los habitantes de la nación. Éstos actos obstruccionistas de los procesos judiciales son delitos, pero como tienen inmunidad lo hacen abiertamente, demostrando una vez más, total falta de respeto al pueblo y malgasto de los recursos de los habitantes de a pie. Los representantes del Ministerio público están haciendo denodados esfuerzos para propender desbaratar ésta mafia enquistada en el Estado y los representantes de las demás instituciones deben sumarse a éste esfuerzo; pero, para variar, algunos representantes de la nación, emplean todos sus subterfugios para entorpecer ésta anhelada celada, que tanto el pueblo desea desde sus entrañas. Es más, el país no estaría en ésta vergonzosa encrucijada si el trabajo de sus autoridades hubiese sido honesto. A éstas malas autoridades ahora quieren apañar algunos congresistas. En suma, casi todos los actos de la mayoría de congresistas están orientados a blindar corruptos y no a proponer normas legales que faciliten el desarrollo del país.
La otra fundamental función del congresista es proponer, estudiar, analizar, opinar y votar por leyes que benefician a los pobladores. ¿Cómo puede un congresista estar perdiendo valioso tiempo en pretender encubrir a malos funcionarios que incurrieron en delito en contra de su propio país? ¿Por qué no ocupan ese tiempo en plantear proyectos de leyes importantes para el país? Por ejemplo, el proyecto de conservación de los suelos de la selva. Ésta norma legal, propendería la política nacional de conservación de los suelos de la selva. Éste recurso ha sido formado por la naturaleza, a razón mínima promedio, de un centímetro por siglo, entre el sub suelo proveniente de las profundidades de la roca madre con la materia orgánica descompuesta de los restos vegetales y animales. Ésta mezcla es el suelo. La seguridad de la alimentación se sustenta en la producción de vegetales y animales comestibles precisamente en éste recurso suelo. Sin embargo, no obstante, la inmensa importancia para la vida de los seres sobre el planeta, el hombre inteligente hace poco por su conservación, porque son miles de hectáreas en donde el suelo ya ha desaparecido, es por eso que vemos shapumbas y cashucshas, en cuyas áreas no se pueden producir prácticamente nada. Ésas áreas no deberían estar sin el recurso suelo si es que habría una ley que obligue al hombre a conservarlo. Ésta acción de conservación del suelo, no es solamente responsabilidad del agricultor posesionario del terreno, sino el recurso suelo debe ser considerado como un patrimonio nacional y mundial, porque allí se sustenta la seguridad alimentaria de la población humana, vegetal y animal. Éste es uno de los temas que los congresistas deben abordar con prioridad y el tiempo que sea necesario, con tal de emitir un documento que beneficia a la humanidad entera. El enfoque de los congresistas debe estar orientado a las urgentes necesidades del pueblo. Así como la ley del recurso suelo, debe darse la ley del agua, del aire, de los animales silvestres, de la alimentación sana y responsable, así tendríamos congresistas enfocados en la población y no en pequeños grupos partidarios.