A propósito del COVID-19 se refuerza el debate de cómo la deforestación de la naturaleza:
Es una puerta abierta a enfermedades que ponen en peligro a la humanidad.
En una publicación de Mongay el investigador mexicano Gerardo Suzán Azpiri, doctor en biología por la Universidad de Nuevo México, sostiene que cuando existe un ecosistema que no ha sido perturbado (por ejemplo, un bosque conservado), en donde coexisten en forma equilibrada la fauna y la flora del lugar “los patógenos están diluidos y, por lo tanto, no tienen condiciones para generar brotes de enfermedades”.
Es decir, que los virus u otros agentes que causan enfermedades, están contenidos en su hábitat natural. “Pero cuando se deforesta y fragmenta un ecosistema, hay especies —que junto con sus patógenos— comienzan a dominar; es ahí en donde se crea una zona de riesgo para el brote de una enfermedad”, indica la publicación.
“Cuando se pierde la diversidad de especies se disparan las infecciones”.
El investigador, pone como ejemplo el caso de roedores portadoras de hantavirus. Explica que mientras más diversidad de roedores se tiene en un ecosistema, disminuye la prevalencia del virus, pues esa misma diversidad de especies hace que ciertas cepas de virus se regulen.
Por su parte, la reconocida institución mundial WWF ha presentado reciente un informe titulado «Perdida de la naturaleza y pandemias: un planeta sano por la salud de la humanidad, en el que sostiene que la actual crisis sanitaria provocada por la Covid-19 está directamente vinculada con la destrucción del planeta. La organización propone replantear la prevención y lucha de futuras pandemias después de la emergencia.
En su informe, WWF sostiene que hay una serie de factores importantes que destacan por su notable impacto en la propagación de las zoonosis, que se llama así a las enfermedades que se han transmitido desde un animal al ser humano.
Uno de esos factores es la destrucción de bosques y hábitats naturales. “La destrucción de bosques intactos debido a las talas, la minería, la construcción de carreteras en lugares remotos, las urbanizaciones rápidas y el crecimiento de la población, además de la desaparición de especies, provoca que las personas tengan un contacto más directo con especies de animales a las que nunca se habían aproximado, y con ello a las enfermedades que puedan albergar”.
Para evitar futuras pandemias el ser humano deberá asumir que nuestra salud y bienestar depende directamente de la salud del planeta. Fuente: bosques.gob.pe