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viernes, abril 19, 2024

Ha pasado un año desde que surgió el COVID-19. Pero todavía no estamos preparados

No se ha encontrado ningún murciélago portando el virus, ningún animal examinado del mercado de Wuhan se encontró infectado. Pero, las muestras tomadas de las aguas residuales del mercado dieron positivo.

Aproximadamente por esta fecha, hace un año, los primeros pacientes chinos que se conocen estuvieron expuestos a una nueva mutación del coronavirus causante del síndrome respiratorio agudo grave (SRAG).

Para diciembre, habían sido hospitalizados en la ciudad de Wuahan una considerable la cantidad infectados como para encender las alarmas de las autoridades sanitarias. Para enero del 2020 el virus estaba extendido que toda la ciudad de 11 millones de habitantes ya estaba en cuarentena.

En solo año, virus se ha propagado por la mayor parte del mundo, produciendo más de 53 millones de casos identificados. Al menos 1.3 millones de muertes, han sido atribuidas a la pandemia, que azota la economía mundial. La contaminación de la salud pública con la política ha logrado que incluso las medidas más simples para combatir la enfermedad sean cuestionadas.

Según la OMS, lo que pensábamos que sabíamos sobre los orígenes de la pandemia podría no ser cierto. Existe la presunción de que el virus inició entre los murciélagos en China, saltó a otra especie cuya carne o piel se vendió y entró en la población humana en un mercado de alimentos, donde se venden animales para el consumo, en Wuhan. La teoría podría ser correcta, pero tiene lagunas. Todavía no se ha encontrado ningún murciélago portando el virus. Ningún animal examinado del mercado de Wuhan se encontró infectado. Sin embargo, las muestras tomadas de las aguas residuales del mercado dieron positivo. Pero he aquí el comodín: en junio, un estudio publicado sin revisión por pares en un sitio web de ciencias médicas asegura haber encontrado el virus en muestras de aguas residuales tomadas en Barcelona meses antes del brote en Wuhan. De confirmarse, este resultado cambiaría drásticamente la comprensión del mundo sobre la historia del COVID-19.

Tras un año viviendo en pandemia, NO podemos afirmar de dónde provino el virus o cómo se propagó debería ser revelador. Eso nos dice que la próxima mutación letal de un virus muy contagioso podría estar desarrollándose.

Me siento como el Grinch por mencionar siquiera el próximo virus mortal cuando todavía estamos lidiando miserablemente con este, esperando la salvación en forma de una primera vacuna Pero es que la próxima mutación no es una cuestión de si pasará, sino de cuándo. La naturaleza no ofrece garantías sobre la conveniencia en el tiempo o la intensidad. Podría suceder dentro de 10 años; podría estar sucediendo ahora.

Cuando llegue el próximo virus, ¿estaremos un poco más preparados? Los que hemos vivido en la era del COVID-19 no olvidaremos el valor de tener reservas adecuadas de equipos de protección personal.
Sin embargo, en aspectos más importantes, me temo que hemos aprendido muy poco de nuestras lecciones mortales en la escuela del COVID-19.

Medidas como el uso de cubrebocas, el lavado de manos y el distanciamiento social son eficaces contra una pandemia solo si se practican de forma amplia y consistente. El liberalismo ha llegado a su límite lógico cuando la gente defiende la libertad de ser vectores de la enfermedad.

La triste realidad es que no hemos lidiado bien con el virus, a pesar de gastar billones de dólares, y la pérdida o interrupción de innumerables vidas, el nuevo coronavirus se está propagando más rápido que nunca; la suerte nos protegió durante muchos años, y ahora la necesitamos más que nunca.

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