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martes, abril 23, 2024

“Caminos en el tiempo”: el significado de un testimonio

El próximo viernes se va a presentar en la Casa del Maestro, de esta ciudad, el libro “Caminos en el tiempo”, del General PNP ® Teddy Bartra Arévalo (Chazuta), que no es solo el testimonio de una familia, sino la recuperación de una época de ese pueblo mágico que es Chazuta, cuyo proceso histórico no es el común por el que pasaron otros pueblos amazónicos. Sus avatares han significado hechos memorables que están parcialmente recogidos en documentos o que se perdieron porque no tenemos una cultura archivística pues algunas concepciones ideológicas no le dan importancia a la historia, en esa “cultura” de destruir la memoria colectiva porque el éxito y el dinero son la prioridad de nuestra época.

Chazuta aparece en los libros de viajeros norteamericanos y europeos desde el siglo XIX, donde se le menciona con gran intensidad como un importante lugar de tránsito en la ruta del Huallaga. Ellos se aventuraron por este aún inhóspito territorio que vio pasar en 1560 a la expedición de Pedro de Ursúa, que buscaba El Dorado. Los marinos norteamericanos William M. Lewis Herndon y Lardner Gibbon, lo recorrerían en agosto de 1851; igualmente, Antonio Raimondi realizaría dos viajes en años posteriores. Ambos viajeros dejaron valiosos testimonios sobre este pueblo, único entre todos.

“Caminos en el tiempo”, es el retrato de una época. Ha sido redactado con la pasión y la sangre para rescatar la

memoria y el escenario de cómo éramos en esos tiempos. Es la evocación de cómo ese tránsito por la calle Bartra Mera, que se extiende entre dos riachuelos y mirando el cerro del Rompeo, abriga aún sueños y esperanzas como si nos quisieran decir que nuestros destinos no es solo el logro personal, sino la suma de todos. Por sus páginas desfilan hechos comunes que mayormente pasan desapercibidos y que solo la sensibilidad puede recogerlos y plasmarlos en un texto para que trascienda más allá de los intereses personales. Es el recuerdo de esos tiempos que, decimos, se han ido para no volver. Pero vuelven.

Una obra tiene valor cuando se escribe con ternura. Un libro trasciende cuando en sus páginas nos encontramos a nosotros mismos y cuando decimos “yo he vivido esa vida” o “yo estuve ahí” o “ese mundo me pertenece”. El libro “Caminos en el tiempo” conmueve por esa simbiosis natural entre la realidad y los sueños. Chazuta desfila en sus páginas llevando el mensaje integrador de un pueblo que se ha forjado casi solo, de un espacio entre el bosque y el río, entre los contrastes de los cerros y la llanura. En este pueblo todos podemos encontrar la sonrisa bella y diáfana de una chazutina de cuerpo esbelto que invita a la ensoñación y la fantasía.

Los lectores encontrarán en las páginas de “Caminos en el tiempo” sus propios sueños; más aún cuando esa ensoñación se combina con la luna llena, la brisa del río, la belleza de la amasisa y la inflorescencia del situlli que todavía llena de encanto el paisaje de la carretera que en Chazuta seguiremos disfrutando cuando en otros sitios están destruyendo el bosque en nombre del progreso y los negocios de grifos, bares y cantinas. (Comunicando Bosque y Cultura).

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