Ha vuelto la alegría en el campo con el retorno del Servicio de Extensión Agraria Rural que, desde el año pasado, viene impulsando el Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agro Rural), del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI). Es el reinicio de un servicio que en el Perú nace con el Servicio Cooperativo Interamericano de Producción de Alimentos (SCIPA) creado por un convenio entre los gobiernos de Estados Unidos de América y del Perú en 1943. Con este convenio se crea la Granja de Experimentación El Porvenir (INIA), en Juan Guerra, la entidad de servicio agrario de más larga presencia en la región San Martín.
El Servicio de Extensión Agraria Rural (SEAR) tiene la particularidad de articular los tres niveles de gobierno: central, regional y local. La intervención de este servicio incide en los cultivos y crianzas priorizados por el Gobierno Regional de San Martín, dentro de un modus operandi propio en donde los extensionistas, profesionales del campo agrario, organizan a la población rural para recoger sus demandas y concursar para acceder al financiamiento. El Comité de Gestión Regional Agrario (CGRA), espacio de coordinación intergubernamental, definió las cinco Agencias de Desarrollo Económico: San Martín, Lamas, Rioja, Moyobamba y Bellavista en esta primera etapa. Por el momento solo once regiones agrarias del país están recibiendo este servicio.
Como define la página web de Agro Rural: “Los SEAR son servicios que proveen capacitación y asistencia técnica a productores agrarios organizados que les permita conocer, aplicar y adoptar conocimientos y tecnologías disponibles a fin resolver un problema identificado en los procesos de producción y comercialización de la cadena productiva priorizada por cada región”. El martes 23 pasado se realizó en el centro poblado de Tununtunumba, distrito de Chazuta, el cierre del III Concurso SEAR y el comienzo del IV. La continuación de esta actividad ha creado mucha expectativa y buenos resultados, y generado un optimismo y expectativa tremendos entre los productores, que ya no debe parar y ser continuo.
Durante el desarrollo del proceso del SEAR, los productores adquieren nuevos conocimientos dentro de la modalidad “haciendo y aprendiendo”, siendo ellos los que se involucran en el proceso. Es una experiencia que ellos lo realizan con alegría y emoción porque lo que aprenden les ayuda a generar una nueva visión y herramientas para enfrentarse a los desafíos del futuro. Y durante las visitas he comprobado que existe una vinculación estrecha entre los profesionales y los hombres del campo que nos llena de fe y esperanzas porque significa estar en el camino correcto. Hay una relación de confianza entre todos los actores que estimula seguir en esta tarea, por lo que reconocemos al gobierno y a Agro Rural que ha sabido reconstruir un proceso que ha recibido aceptación en la comunidad. (Comunicando Bosque y Cultura).