34.8 C
Tarapoto
jueves, marzo 28, 2024

Historias de Tarapoto, 20 – Luchito Cebú

En una comunidad todos nos identificamos con un nombre, además del propio, y en algunos termina en la identificación de una época y llegan a ser parte de su historia: sus personajes, entonces, nos pertenecen. Y uno de ellos fue Luis Felipe Valles Gonzales (Morales), también conocido como ´Luchito Cebú´, emblemático e irremplazable ciudadano tarapotino.

En la todavía casi incipiente urbe, aunque ya cosmopolita, como era Tarapoto a partir de los años sesenta del siglo pasado, Luchito comenzó a ser parte de su cotidianeidad –como eran los lectores de historietas, frente al cine Central, o los vendedores de frutas en la segunda cuadra del jirón Gregorio Delgado, o los chupeteros de la Plaza de Armas)–, y su imagen adquiriría un simbolismo similar a esas acuarelas de Pancho Fierro, que encontrábamos en ese libro Historia de la Cultura Peruana. Era don Luchito Cebú con su clásico pregón: “¡Ehhh Chicha!”, quien iniciaba su itinerario citadino desde el Jirón Maynas 256, para dirigirse a la Plaza de Armas, de ese recinto con su glorieta y sus árboles frondosos. ¡De esos tiempos!

Luis Felipe Valles Gonzales, quien falleciera el 18 de setiembre del 2009 -lo publicaron los diarios AHORA y VOCES–, representa el triunfo de una vida, que se traduce en un ejemplo de dignidad, de un hombre del pueblo que lucha por salir adelante teniendo todo en contra suya. Es, también, el ejemplo de la generosidad de una familia tarapotina como lo fueron Salomón Bartra del Castillo (Tarapoto) y Cotita Bartra Izaguirre (Iquitos), en cuya vivienda se estableció Lucho y su señora Semira Córdova Pinchi (La Banda de Shilcayo) y donde nacieron Hermógenes y Gerardo, sus hijos, quienes serían parte de una actividad de emprendimiento, como se dice ahora.

Recuerdo haberle visto a Lucho desplegando su actividad; sin embargo, en mi memoria está esa imagen de ir “umalliendo” su tinaja con la rica chicha y sosteniéndola con la mano izquierda, mientras en la mano derecha lleva el vaso que era la medida de venta. En la casa del jirón Maynas quedaban las dos inmensas ollas, como inmensas palanganas y su batidora con la que mezclaba los ingredientes del maíz molido, harina de trigo, hojas de higo y chancaca mientras el mejunje hervía en la túllpa de piedras del Shilcayo y la leña de bolaquiro y quinilla.

A pesar de su humildad, Luchito Cebú no fue indiferente a los avatares de la ciudad y de la época en que vivió, porque fue un ferviente partidario del partido político Acción Popular y, especialmente, de Fernando Belaunde Tery. Fue hincha del Sport Huracán y solía conversar con Emilio Mestanza Sánchez, patrocinador del club. Los domingos por la tarde solían verle a nuestro personaje en el estadio alentando y siendo parte del equipo.

La historia de Luis Felipe Valles Gonzales es el paradigma que supera los escollos del camino. Es el ejemplo supremo del trabajo, la humildad con dignidad y la lucha por salir adelante y triunfar. Es un modelo de vida que los políticos deberían imitar. Luchito Cebú es nuestra gente; nos pertenecerá siempre. (Comunicando Bosque y Cultura/Los Wiwaneros Ancestrales).

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,512FansMe gusta
256SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos