Hace unas tres semanas, escribí sobre la “debacle del progresismo”, indicando que en sus inicios fue muy valioso para el avance de la humanidad conquistando derechos fundamentales, pero que, como sucede siempre, se vio pronto “infectado” por “troyanos” (como el famoso virus informático) quienes fueron aplicando la conocida estrategia del “endosamiento” y “adosamiento”, adjuntándole diversas ideologías que impregnaron su esencia primordial, alienándola a tal punto que hoy en día la palabra PROGRESISMO transmite en su significado todo, menos el verdadero progreso del hombre.
Desde esa semana he presenciado otras noticias que ilustran esta alienación, por ejemplo, lo referente al movimiento “WOKE” (¡Despierta!) y su expansión dictatorial actual con la impositiva “INCLUSIÓN FORZADA” en la que las grandes empresas obligan, bajo el riesgo de la famosa “CANCELACIÓN SOCIAL”, a todos los creadores a incluir (casi siempre bajo criterios totalmente subjetivos) a artistas de las consideradas “minorías desprotegidas”, así como los criterios de todo lo considerado, por ellos como “POLÍTICAMENTE CORRECTO”.
Así, vemos la denuncia internacional del gobierno de Egipto a la estadounidense Netflix por realizar un documental (que se supone debe ser objetivo) sobre Cleopatra VII (famosa faraona de raza macedonia-griega) con una actriz negra (!). También el actor Sylvester Stallone quien expresó que no tolerará que sus películas contengan escenas de INCLUSIÓN FORZADA y que en sus próximas películas se reusará a la utilización de sentimentalismos innecesarios. Además, no dudó en advertir de que se negará aceptar, por parte de artistas, este pedido en sus filmes siendo apoyado por otros grandes como Mel Gibson y Clint Eastwood. “El contenido políticamente correcto y LGBTQ es una basura (sic) que no tiene nada que ver con el género de acción y que solo busca COMPLACER A UNA MINORÍA RUIDOSA Y OFENDER A LA MAYORÍA SILENCIOSA”, soltaba uno de los allegados más importantes del artista.”
Ello se suma a otras manifestaciones de reacción y resistencia muy fuertes en Estados Unidos y Europa ante medidas como querer implementar la mutilación genital y tratamiento hormonal a niños que se auto perciban como de otro sexo, así como las visitas y actuaciones “artísticas” de “Drag Queens” (travestidos) en jardines de infantes y escuelas primarias (!) siendo que, por otro lado se despide a una Maestra por mostrar a sus alumnos niños la famosa estatua de “David” de Michelangelo, ¡por estar desnudo!
Como sabemos la frase «stay woke» («mantente despierto») surgió en los Estados Unidos en la década de 1930. Al desarrollarse dentro del inglés afroestadounidense vernáculo, woke se refirió a una conciencia de los problemas sociales y políticos que afectan a los afroamericanos, especialmente los prejuicios raciales y la discriminación. SIN EMBARGO, se ha ido deformando utilizándose cada vez más como un término general para describir los movimientos e ideologías de justicia social de izquierda radical identitaria percibidos como demasiado fanáticos o insinceros, y tendientes a censurar de forma dogmática cualquier desviación de su perspectiva ideológica. Con la extensión de las acciones de censura en redes sociales a cuentas de perfil conservador o críticas con la imposición de las posturas consideradas como «políticamente correctas» desde la izquierda, el término «woke» pasa a ser despectivo, como sinónimo de «progre».
En otras palabras, es el EXCESO DE SUBJETIVIDAD expresado en: “TODO LO QUE NO SEA LO QUE YO OPINO ES DISCURSO DE ODIO” …
Nos recuerda lo que expresaba el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière [esta es una] “¡EDAD DE COMPLEJIDADES, DE PARADOJAS Y DE INCOMPATIBILIDADES!” y el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares: “¡OH SER HUMANO!, como decía un poeta griego, ERES UN SER DE LA ILUSIÓN QUE NO BUSCA ESTAR EN LA REALIDAD (…) aun cuando sea la vía más directa a la Unidad real de las cosas.”
Asimismo, este ilustre sabio latinoamericano nos explica estos fenómenos sociales desde la ciencia cosmobiológica:
“Esta etapa de transición se muestra por demás, como período de tiempos difíciles, en que el el deterioro de la cultura surge por rechazo y por deformación crítica. Una etapa de transición con velos de ignorancia (…) AHORA VEMOS TAMBIÉN QUE LOS VALORES DE [la era pasada de] PISCIS SON REFORZADOS CON NUEVAS ESTRUCTURAS SOBREPUESTAS, Y EN CAMBIO LOS DE ACUARIUS [COMO EL EQUILIBRIO, LA SABIDURÍA Y EL ORDEN] SON DETURPADOS CON GRAN RECHAZO, O, POR EL CONTRARIO, LAS AVANZADAS DE ACUARIUS ESTÁN INMERSAS Y SATURADAS EN LAS CARACTERÍSTICAS DE PISCIS.”