¿Una Iglesia perseguida?
El sacerdote nicaragüense Ramón Esteban Angulo Reyes fue arrestado por agentes de la Policía Nacional, convirtiéndose en el sexto párroco detenido en Nicaragua en los últimos nueve días, y elevando a 13 los arrestos en lo que va de 2023, denunciaron este lunes feligreses.
Los feligreses contaron a la prensa nicaragüense que Angulo Reyes, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima, de la comunidad Wapy en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, fue detenido la tarde del domingo por los agentes policiales tras citarlo a una reunión.
La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega y de la esposa de éste, la vicepresidenta Rosario Murillo, no se ha referido a esa denuncia. Tampoco se pronunció en anteriores detenciones.
Entre el domingo y el lunes de la semana pasada, los sacerdotes nicaragüenses José Iván Centeno, Julio Ricardo Norori, y Cristóbal Gadea fueron detenidos por la Policía Nacional, que los trasladó a Managua.El jueves en la noche fue arrestado el sacerdote Álvaro Toledo, y el sábado ocurrió lo mismo con el sacerdote Yesner Cipriano Pineda Meneses.
Esos cinco sacerdotes pertenecen a la diócesis de Estelí, cuyo administrador apostólico es el obispo Rolando José Álvarez Lagos, condenado en febrero pasado a 26 años y 4 meses de prisión por delitos considerados traición a la patria.
Parroquias afectadas cancelan misas
La investigadora en temas religiosos Martha Patricia Molina, autora del estudio titulado «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?» y que da seguimiento a la situación de los sacerdotes en ese país, dijo a través de su cuenta de la red social X (antes Twitter) que «las parroquias donde los curas fueron secuestrados, en su mayoría no están celebrando misa»
«Las comunidades del interior de Nicaragua que quedaron sin sacerdotes están celebrando la palabra y ruegan por el pronto regreso de sus sacerdotes. Ellos solo desean al consagrado para seguir orando junto a él», agregó.
Según Molina, agentes del Gobierno de Ortega mantienen vigilancia a diario sobre una serie de sacerdotes, a quienes les toman fotografías, y no descartó el arresto de más religiosos.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica están marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.