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jueves, abril 25, 2024

La participación política de los jóvenes

Buen día miércoles, por fin terminaron las campañas electorales, como dicen por ahí ya no hay bulla ni propuestas que nos agobian y nos aburre a la vez, pero en la culminación de esta campaña electoral nos deja una lección. Como para recordar durante muchos años se ha criticado a los partidos políticos por su ideología y su formación, en el Perú los partidos tradicionales como son el APRA, ACCION POPULAR, PARTIDO POPULAR CRISTIANO, del mismo modo desde los 90 conocimos muy de cerca el FUJIMORISMO, además del APP, reconocido en la zona sur del país, pero aquellos partidos convencionales y tradicionales buscan sobrevivir en el mundo de la globalización y del conocimiento, donde los nuevos partidos nacionales se forman por alianzas para obtener mayor popularidad y donde lo partidos surgidos a nivel regional y local aparecen y desaparecen según como vaya el populismo. Como cualquier ciudadano planteamos interrogantes: ¿Porqué los jóvenes solo se interesan por la política para conseguir un trabajo?¿Porqué no existen oportunidades laborales por no apoyar a un partido político?, estas son dos preguntas de las muchas preguntas que nos planteamos.

La población peruana tiene la percepción que todo servidor público que trabaja en el estado es corrupto, y frente a ellos todos los peruanos creen que el cambio está en las nuevas generaciones que son el presente. ¿Lograran cambiar los jóvenes la percepción de corrupción de un empleado público?

La experiencia como ciudadano y como un vecino de cualquier ciudad lleno de inusuales propuestas de nuestro desarrollo personal y de nuestra ciudad es siempre importante para desarrollar como autoridades que propongan ideas concretas para mejorar nuestro contexto donde vivimos la región San Martín. Pero ese escenario político demuestra que cada periodo de elecciones los partidos políticos, que aspiran a gobernar, comienzan a realizar las campañas políticas en donde están presentes los jóvenes, siendo un acierto desde mi perspectiva por las nuevas ideas que estos podrían generar y fomentar la participación de los jóvenes en la gobernanza y buen gobierno de las entidades públicas. Por eso quizá la participación de los jóvenes en la política este basado en las pocas oportunidades laborales en la entidades públicas y su inserción en el mercado laboral.

A los jóvenes les gusta cambiar las cosas, son dinámicos, mientras que a la política la ven estática. Quieren mudarlo todo, a veces con demasiada prisa, porque ellos mismos, a causa de la adolescencia, que hoy se prolonga hasta cerca de los 26 años según los psicólogos, están también cambiando biológicamente.

Por eso les gusta la velocidad. Les encantan las motos, los coches de carrera, los aviones. Son los hijos del movimiento, de lo instantáneo. No en vano, los creadores de internet cambian continuamente de aplicaciones. Se entusiasmaron con Twitter, después con Facebook, ahora con WatsApp, mañana se cansarán e inventarán otro modo de comunicarse. Ya lo están haciendo. Ellos se conectan mejor con la antigua filosofía de los sabios griegos que decían “todo se mueve, nada está parado”. La inmovilidad no está en los genes del joven. Ellos aceptan cada vez menos a los líderes, a los capos, a los jefes. Son más de bandos que de partidos; más de manada que de ejércitos.

Los jóvenes de hoy, los del planeta de internet, los que se nutren de la pantalla líquida y colocan sus mensajes en la nube, nos parecen llegados de otra galaxia. Están a caballo entre la modernidad en la que nacen y el DNI conservador recibido de los padres. Ambos suelen vivir en planos diferentes.

Quizás siempre fue así, pero antes no aparecía tan evidente como hoy. Los jóvenes fueron siempre la vanguardia en los movimientos que abrían caminos nuevos, pero mientras en el pasado actuaban a las órdenes de las instituciones políticas, sindicales, religiosas o militares, hoy van por su cuenta. Son líderes de sí mismos. Lo fueron ya en el mayo francés del 68 y lo son hoy en las nuevas primaveras revolucionarias. Nos pueden hasta parecer nihilistas y exclamamos: “¡Es que no saben lo que quieren!”. Lo saben y no lo saben, o mejor, lo saben a su modo, que ya no es el nuestro, el de los que creemos saberlo todo. Ellos tienen los ojos puestos en un futuro que quizás no sepan definir ni entender, pero saben que es eso lo que quieren aunque parezcan moverse dentro de la niebla. Los políticos que pretendan ganarse a los jóvenes con los instrumentos de la violencia contra ellos, acabarán decepcionados, porque ellos no conocen el miedo. Pueden hasta amedrentarlos por un momento, pero enseguida surgirán con nueva fuerza. Lo estamos viendo en todas las revueltas que vive hoy el planeta. Los jóvenes están siempre en primera fila. Son los primeros en morir y los primeros en renacer.

En el Perú la edad límite para ser considerado joven es 29; Muchos son los jóvenes que participan en la Política para conseguir un puesto laboral siguiendo la tendencia de los adultos que ven su participación una necesidad para laborar, por los antecedentes ya que están más abiertas las posibilidades a las personas que apoyan a los partidos políticos y con esto planteamos está gran pregunta que muchos jóvenes tienen su propia respuesta ¿La participación de los jóvenes en la política debe ser por necesidad o debe ser por querer cambiar los estereotipos que se han establecido en un sociedad que aun espera que la generación XX logre el cambio?… Y nosotros seguimos una respuesta y esperando. Hasta el día miércoles.

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