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viernes, abril 19, 2024

Propuestas para el desarrollo económico y educativo

SIN UTOPÍAS

Ricardo Quevedo Ramírez

“El socialismo no es bueno para la economía, es el gran experimento del siglo XX que falló”. Esta afirmación le corresponde al premio nobel de economía (2005) Robert John Aumann.
Desde Belaunde, hasta Fujimori, pasando por García y Toledo, ambos llegaron al poder con el discurso de acomodo a los intereses de la derecha. Humala, agitó la bandera del socialismo, permitiéndole llegar con este discurso al poder. Estando ya inmerso dentro del mismo poder, se da cuenta que era imposible que ponga en práctica toda esa verborrea cargada de mucha rabia contra la clase social millonaria, que arman el destino económico del país en contubernio con las grandes economías transnacionales que operan en el país.
El político que llega a ser jefe de Estado en el país, es un simple administrador del poder oculto. Ese poder oculto que el pueblo no ve, pero siente; no disfruta, pero elige. Esto lo vemos permanentemente, periodo tras periodo. Salir de este fango, siempre pensamos que lo podríamos hacer eligiendo cada cinco años a un jefe de Estado; eligiendo a representantes para el Congreso.
Cuantas veces nos hemos equivocado, eligiendo no a gente incompetente. Incompetentes no son, pues saben hacer sus grandes amarres económicos con las grandes financieras transnacionales. Simplemente son unos legítimos traicioneros a los sagrados intereses de un pueblo que sueña siempre tener un buen gobierno; son unos verdaderos desleales a las grandes expectativas de millones y millones de peruanos, que sueñan con ver mejorada su economía.
La economía peruana no va a mejorar con elecciones periódicas, mientras de estas elecciones sigan saliendo gente traidora y desleal, que fácilmente cambian de orientación política, luego de ser lavado el cerebro por el imperio económico del poder.
Todos estamos de acuerdo del libre mercado de la economía, donde la apertura y la exportación de nuestras materias primas, o de repente productos ya industrializados, se vayan exportando de menos a más. El problema no está aquí, el asunto responde a una incapacidad de no saber o no querer enfrentar al monopolio del poder económico para transferirlo a la amplia masa del pueblo más necesitado.
Este discurso de transferir bienestar social y económico del candidato Ollanta de un primer momento, el pueblo se lo tragó y lo digirió con expectativa y mucha alegría. Así mismo tragó los discursos llenos de mucha fanfarronería del demagogo Alan García, del mismo Toledo, y por supuesto del reo Fujimori, que a la hora de gobernar se convirtieron en otros personajes, menos en la alternativa de desarrollo por un buen sistema político y económico que los peruanos siempre anhelamos.
Los macro indicadores de la economía no tienen ninguna significación, si ese supuesto crecimiento no va acompañado de los siguientes casos:
1. Una nueva realidad jurídica en el país. Para esto esa Constitución del 93, hereditaria de la dictadura, debe ser abolida, sino en su totalidad, por lo menos parcialmente, omitiendo los artículos que no reivindican la economía popular, y mejorando los que quedan, es decir, una Constitución que norme y viabilice el sentir de las grandes mayorías.
2. El Estado tiene que cobrar más a los que amasan grandes riquezas. Aquí no puede haber igualdad de género económico, de tal forma que la riqueza del país debe distribuirse equitativamente y de una manera justa para la clase social trabajadora del Estado y para la clase social obrera del país. No puede seguir existiendo esa lógica, que los que tienen más, sigan teniendo más, y los que tienen menos, se ven muchas veces estancados y disminuidos en su adquisición económica y aspiraciones profesionales.
3. La clase magisterial debe recibir el trato justo y equitativo. Para esto debe anularse algunos artículos de la Carrera Pública Magisterial, sobre todo los artículos que hacen referencia a los aspectos económicos y remunerativos. Hay mucha indignación en el profesorado del país por haber sido subestimado los años de servicio docente con la degradación de niveles y la ascendencia de unos cuantos, acompañados de una alta y discriminatoria remuneración económica, tan solamente por pertenecer a la Carrera Pública Magisterial.
Con esta actitud de discriminación y desigualdad a la clase magisterial, no puede haber un verdadero desarrollo de la educación en el país. Aquí no entra mucho el curriculum con grandes etiquetas de maestría y doctorado, si eso no está acompañado de potenciales desarrollos del aprendizaje. Con esto de poco o de nada sirve, las grandes denominaciones de todos los títulos y grados, habidos y por haber.

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