¿Cuándo dejó de existir el principio de autoridad en Moyobamba, en donde todos los problemas se solucionan matando? ¿Cuándo aquella forma de solucionar los problemas empezará a afectarnos? Desde cuándo San Martín se convirtió en un mercado para asesinos, que no temen la sanción, porque hasta la policía parece manchada, por la liberación extraña de criminales en Nueva Cajamarca en horas con pocos ojos, además de esas cosas de las que nadie se entera.
Los asesinos a sueldo se multiplican y ahora hasta por doscientos soles, libres de remordimientos y temores, asesinos dan con tu vida. ¿Cuántos de esos asesinos purgan cárcel? ¿Se puede seguir mirando esta locura en Moyobamba, Rioja, Nueva Cajamarca, permaneciendo impávido? Este debería dar pie a un estado de alerta, cuando menos, que encuentre el camino para parar esa máquina de matar.
En esta tarea, definitivamente tienen que meter mano los alcaldes, el Gobierno Regional de San Martín, además de la Policía Nacional que lamentablemente en el Alto Mayo no está siendo eficiente.
De lo contrario, empezaremos a parecernos a ciudades que en el mundo se convierten en las más peligrosas, sabiendo que basta el odio de un vecino para dejar de ser en este mundo. El Alto Mayo caracterizado por su paz, hoy cambia de rostro.