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jueves, marzo 28, 2024

La democracia como careta

ESTADO DE OPINIÓN

Por: Marcelino Arévalo

Desde que el fujimorismo fue expulsado del poder, dejando al país en estado de descomposición moral y con un recesión a cuestas, creímos que las lecciones en cuanto a gobernabilidad la habíamos aprendido, todos nos asqueamos al ver celebre video Kouri-Montesinos que marcaba el inicio de una serie de “destapes”, todos creímos era el inicio del fin a una era oprobiosa.
Desde ese entonces y contando con el gobierno de transición estamos en el cuarto período democrático y podemos notar lo mucho que cuesta vivir realmente en democracia, hoy más que nunca somos testigos de la forma en como los representantes del pueblo buscan por diferentes medios acomodar sus actos y sus pensamientos a la forma de mantenerse o lograr el poder, lejos de los principios democráticos de la representación para el servicio.
A nivel internacional nuestro país ha terminado por respaldar un gobierno que a todas luces parece ilegítimo, los destapes de los narco indultos no son otra cosa más que la confirmación de que en el ciudadano de a pie, la percepción es que todo parece estar marcado por la corrupción y a nivel local la simple inauguración de una calle asfaltada parece ser el máximo logro de una autoridad buscando publicidad en forma subrepticia para con ello conseguir una reelección.
Cualquiera sea el nivel de la política, la agenda parece impuesta y todos inmersos en un sistema donde lo superficial importa más que lo sustancial, como si la “mano invisible” del sistema buscara poner los temas del cual debemos hablar todos los días haciendo a un lado los problemas que realmente deberían importarnos.
Todo parece discurrir en un escenario preparado para hablar de temas que impactan el quehacer en la política, todo relacionado con un espectáculo donde los actores son los mismos, los que mañana serán los candidatos a representarnos, en un estado que parece conformarse con un poco más de lo mismo.
Sin embargo, a pesar de todo, en medio de tanta mediocridad en la política, existen y existirán personas que con su ejemplo nos dan la esperanza de un mundo mejor, que es posible vivir en este sistema sin contaminarse, mantener la coherencia entre la palabra y la acción, personas que son capaces de dejarlo todo por sus ideales, manteniéndose fiel a sus principios.
Una de esas personas acaba de irse, no sin antes dejar la última lección de lo que significa la dignidad, a Javier Diez Canseco lo acusaron de favorecer a sus familiares utilizando su posición de legislador, quizá queriendo con esa acusación limpiar la conciencia a la mediocridad, el tiro les salió por la culata, vano fue el intento de acercarse con la hipocresía que caracteriza a la mayoría de los políticos de hoy, al féretro de Javier y bien hizo la familia en no permitir el ingreso de quienes no tienen ni la menor idea de lo que significa el gesto pero que lo sienten como como una coz en el trasero.
Se tuvo que apagar la vida de un gran político para encender la esperanza de que es posible vivir pensando distinto a la mayoría, nuevos vientos soplan el Perú de hoy : “Pienso que en el Perú es un obligación moral ser de izquierda”, dijo Gastón Acurio no hace mucho a la prensa chilena, “Una izquierda no entendida como el control de la actividad productiva por parte del Estado, no una izquierda que le quita al rico para darle al pobre, sino que como una serie de acciones del Estado para darles herramientas a los no favorecidos para que puedan ser creadores de riqueza”, … descanse en paz Don Javier .

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