Por Edy Tirado:
El país está creciendo económicamente, crecimiento que no está generando la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores; el Perú junto a México, Colombia y Chile experimenta un crecimiento con velocidad por sobre los otros países de Latinoamérica y muchos países del mundo, sin embargo nuestro país tiene los menores índices socio-laborales, así como también sigue manteniendo una rigidez en su regulación laboral, esto hace que no seamos un país atractivo a los inversionistas desde el plano laboral.
Las estadísticas indican que en los últimos 10 años los trabajadores informales han crecido en un millón, ahora son 11 millones de peruanos que sortean sus actividades laborales en esta nebulosa de la informalidad. Por otro lado el subempleo supera el 40%, estos peruanos no gozan de ningún tipo de seguridad social ni beneficios laborales, generalmente no son sujetos de crédito, sus economías son inviables. En materia de protección social también estamos mal, no llegamos al 30%, es decir hay un 30% de trabajadores sin acceso a salud ni pensiones. Nuestra productividad laboral en contraste con el crecimiento económico esta muy por debajo del promedio de Latinoamérica.
La realidad expuesta, nos pone como retos: (2) reducir el número de informales sustancialmente, (2) emprender una consistente reforma del servicio civil público, (3) hacer todos los esfuerzos para que funcione la justicia oral, (4) mejorar los ratios de productividad laboral, para convertirnos en país atractivo laboralmente, (5) potenciar una cultura de diálogo, si emprendemos estas cuatro tareas habremos conseguido mejorar la protección social, construir un país viable, con ciudadanos formalizados y con excelente productividad laboral, en realidad todos ganaríamos.
Otras tareas pendientes de la gran reforma laboral que necesitamos para ser un país viable, con ciudadanos dignos es poner en marcha un sistema de control laboral, necesitamos crear lo que es la SUNAT en materia contable y financiera y de formalización, una SUNAT LABORAL, no esta bien que por ejemplo en las diferentes obras públicas y privadas se trate muchas veces con precariedad y abuso a los trabajadores, muchos de ellos levantan la voz y son simplemente separados, hace poco estuve por Pinto Recodo, distrito que perteneces a la provincia de Lamas en la Región San Martín, donde el Gobierno Nacional está ejecutando una obra de agua, y he recepcionado la queja de una ciudadano que refería que por coordinar con los dirigentes de Construcción Civil de Tarapoto y exigir que se cumpla las tablas salariales, horas extras, protección, etc., simplemente ha sido separado, hoy afronta un juicio por despido intempestivo, ya van varios meses y es uno de los miles de desempleados de este país, este tipo de casos se repiten por doquier, tenemos que parar esto.
El Estado está obligado a liderar una cruzada orientada a favor de la protección social, tenemos que construir un país con una cultura de la formalidad y la productividad laboral, esto no es posible sino conseguimos el aseguramiento universal en salud y pensiones, y cuando digo el Estado, no circunscribo esta tarea sólo al Gobierno Nacional, me refiero también a los Gobiernos Regionales y Locales, estos tiene que preocuparse no sólo por la ejecución de obras y adicionales, que es pensar sólo en el empresario, también tiene que preocuparse del ser humano, del trabajador, ellos también merecen ser protegidos, por eso llamo a los Gobiernos Regionales y Locales a poner en marcha en sus jurisdicciones una política de educación laboral, así como de fomento y apoyo a empresas formales, sin perder de vista la tarea fiscalizadora a las medianas y grandes empresas, sin dejar de lado una política de estímulos para la inversión básicamente en capacitación y formación profesional.