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jueves, abril 18, 2024

A cuatro años del bicentenario

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El 28 de julio se celebra nuestra principal efemérides nacional, pues en 1821 el general argentino José de San Martín proclamó nuestra independencia y, con este acontecimiento se fundó la República. Hoy que ingresamos al año 2017, nos coloca a sólo cuatro años del bicentenario (1821-2021).

La pregunta es, ¿somos lo que quisimos ser desde 1821?, ¿cómo llegamos al bicentenario, en educación, salud, trabajo, etc?, ¿hemos saldado todas las fracturas coloniales, cuyo yugo nos tuvo sojuzgados cerca de 300 años?

Lo que esta claro y es un desafío, es destrabar el carácter primario exportador de nuestra economía, sistema de inequidad que beneficia mayormente a las grandes transnacionales.

La realidad de país subdesarrollado es una limitante para desarrollarnos científica y tecnológicamente, lo que nos pone en desventaja frente a la dinámica cambiante del mundo globalizado.

La república que pronto cumplirá 200 años sigue manteniendo su sello centralista, sigue anidando en su interior la exclusión de amplias mayorias nacionales que nos recuerda el abusivo episodio de la colonía.

Nuestra clase política, no fue clase dirigente con espíritu y compromiso nacional y patriótico, muchas veces asumió posturas apatridas, tuvimos en realidad una clase política entreguista, sucesora, en diverso pelaje, de felipillo y proclibe al pillaje. La monumental corrupción fujimorista y lo de laba jato son las más recientes constataciones.

Nuestra república que osciló entre traiciones, golpes de estado y entreguismos, hoy transita por el callejón del denominado ‘modelo neoliberal’, modelo que vino de la mano del fujimorismo en los 90’, el fujimorismo cayó en el 2000, pero el modelo se ha ido profundizando en los sucesivos gobiernos.

Nuestro país experiementó momentos muy favorables que fuerón desaprovechados, como los del boom del caucho, el salitre, y hasta hace poco el especial crecimiento económico influenciado por circunstancias externas excepcionales, hoy como ayer crecimos en economía pero no en desarrollo integral; todavía es tarea inconclusa la democracia participativa, la estabilidad y la justicia social.

Hoy que tenemos a Kuczynski en palacio de gobierno y al fujimorismo con mayoría parlamentaria no se vislumbra grandes cambios, si bien es cierto estos dos actores han puesto en evidencia ciertas pujas, pero estas no son de fondo, la razón, ni PPK ni Keiko representan liderazgos con una opción alternativa al modelo, son más de los mismo.

Ante este panorama, corresponde la más amplia unidad del pueblo peruano en torno a temas tan básicos como la puesta en agenda de la justicia social, la regeneración moral y lucha frontal contra la corrupción, en el marco de la construcción de un estado moderno, con democracia fuerte que enfrente con éxito la creciente criminalidad y el narcotráfico, desplegando sus esfuerzos en el saneamiento de nuestras instituciones.

Finalmente la cercanía al bicentenario tambien debe invitarnos, además, a luchar por trabajo con salarios y pensiones dignos para todos a seguir incidendo en el impulso de la agricultura y la pesca que garanticen desarrollo nacional y soberanía alimentaria con especial énfasis en la defensa de nuestros recursos naturales y la protección del medio ambiente.

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