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miércoles, abril 17, 2024

Mójame

conaromaycafe

Sentí el agua deslizarse por mi cuerpo, no estaba desnuda, pero parecía como si lo estuviera. Por un momento el calor quemaba desde la punta de mis pies hasta mis mejillas ya ruborizadas. Mientras la lluvia jugaba a ser la amante de la noche, mi máscara de colores me convertía en una diablita mojada.

El sudor y el agua hacen el amor y el amor hace la fiesta. Esa sensación de refrescarse de una manera bendita, solo se vive aquí. Sola, de a dos, de tres, cuatro o más de mil. No importa, cuantos más, mucho mejor.

Por todos lados hay pintorescos personajes, ya no están camuflados, los diablos seducen a todos y los cuernos no son censurados, muchos lo llevan con honor y gloria. El carnaval solo se vive bien, si sientes excitación por la vida.

“Ni tan virgen” o en “Oasis!, la noche aparece cautivadora como siempre y la “Casona de Melita” nos ofrece esa dosis de alcohol convertido en éxtasis para nuestro cuerpo. Y como el corazón de un hombre es un manicomio, siempre será bienvenida una loca más y fue así que la locura del carnaval trajo a nuestra mesa la historia de una mujer sedienta de amor, en épocas como éstas, su deseo aumenta, sin importar quién es la víctima, ella solo quiere lograr su objetivo, con su vestido largo esconde sus más bajos instintos y como Tomás es un “Santo” del Patronato Riojano en esta temporada mojada, no lo pensó dos veces y se fue con la elegante, pero desvariante amiga de la noche. Así, solo nos quedamos los dos, entre historias y amor, las exóticas bebidas nos invitaban a mojarnos, la noche está por terminar y quiero que amanezca, para mojarme más.

El carnaval es un paréntesis que abrimos en nuestras buenas costumbres, hacemos alarde del entrañable amor, por ello este año me entrego a los brazos de la música más desenfrenada, al baile, a los disfraces, a la extrema diversión y todo esto, siempre a cuerpos mojados.

Se desenvuelve con sorpresas, espontaneidad y locura. Es un regocijo que envuelve, mata y revive a la vez. Estas fechas son propicias para descubrirse, para sacar tus más ricos instintos que quedan sueltos en calles repletas de personas en busca de esa dosis de alegría y sed, sed de sentir tu cuerpo y el mío, mojados.

Rioja es el corazón de todos los carnavales del mundo, es una versión propia, colorida y contagiante. En cada calle se vive un carnaval que está lleno de ternura, donde el fuego del amor se calma con el agua. Es una fiesta mágica, llena de fantasía y algarabía. Es una de las celebraciones más pintorescas de la selva peruana.

Los cuerpos mojados son rutas trazadas a la gloria, a la dulzura que contagia y la alegría que excita, hasta lo más íntimo. Nos vemos sumergidos en una fiesta sin entrada reservada, pero donde tienes asegurado el clímax de la vida. Se mueve, danza, grita y con ello el pueblo jadeante empieza a vibrar al son de los tambores y de alguna “Sacha reina” que aparece con alguna sorpresa para los incautos y despistados.

Estoy lista para el destello de días gloriosos, tambores, música, danzas, agua y costumbres que no se pierden y un poco más de esos sentimientos envueltos en esta fiesta de colores, que nos devuelve la magia que todos tenemos dentro.

Estoy cansada, extasiada y mojada… el carnaval ya empezó y solo quiero que el diablo enmascarado me moje y me ¡moje bien!

Sé por un momento un diablo en mi vida, travieso, que corre con locura y se detiene en los postes, que monta los cercos y persigue el amor. ¡Mójame! quiero que me mojes, que este año disfrutaremos como dicen los riojanos ¡A lo grande! ¡Mójame!, necesito que me mojes, que me mojes de amor, de ternura, de locura, de pasión…

Hoy, mañana, el domingo y todos los días, mójame mi amor, que estamos de carnaval…

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