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sábado, abril 20, 2024

¿SÍ o NO en Morales?

Pastillas para no dormir
Alonso Ocampo
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De los procesos de revocatoria y de la necesidad urgente de reglamentar la Ley de Participación y Control Ciudadano ya se habló bastante, también queda claro que el sistema de verificación de firmas puede ser burlado fácilmente. Sucedió en Lima, donde ya programada la consulta fueron detectadas firmas de fallecidos en los planillones de adherentes que respaldaban la revocatoria de la alcaldesa Susana Villarán, igual habría ocurrido en el distrito de Morales. Si bien es cierto este hecho viene siendo investigado por el Ministerio Público, resulta necesario precisar que en materia penal las responsabilidades son individuales. Este descubrimiento sin lugar a dudas resta transparencia al proceso en dicho distrito sin embargo ello no enerva la voluntad de quienes de buena fe respaldaron con su firma la consulta de revocatoria del alcalde Pezo Carmelo.

Resulta obvio que este proceso electoral costará muchísimo dinero al erario nacional. El que se podrá contabilizar, justificar y sustentar formalmente es el que se emplea para llevar el proceso en sí y otro que será imposible es el que tiene que ver con el financiamiento local de ambas opciones. Toda campaña política por más pequeña que sea tiene un costo así que habría que ser ingenuos para pensar que los que apoyan la continuidad del alcalde moralino no solo destinan valioso tiempo personal a la campaña sino que además sacan dinero de sus bolsillos. En ese orden de ideas será muy importante que  los promotores de ambos frentes indiquen detalladamente las fuentes de financiamiento o los nombres de los aportantes de sus respectivas campañas.

Los promotores del SÍ han desarrollado estas últimas semanas una campaña errática evidenciando su falta de planificación y estrategia, justo en instancias definitivas se equivocaron clamorosamente al sostener, entre otras cosas, información inexacta, situación que obviamente fue aprovechada por sus rivales políticos. Denuncias sin mayor contundencia usando lenguaje equivocado jugaron en contra de sus objetivos. La cereza del pastel fue la impetuosa pero anecdótica denuncia de un regidor respecto de un estudio de suelos. Haciendo una analogía con hechos cotidianos lo ocurrido es como llevar a un laboratorio médico una muestra de sangre sin las especificaciones técnicas ni observando los protocolos clínicos, si bien es cierto acá hay una responsabilidad de quien firmó el informe, no deja de ser menos cierto que hay que tener un poco de sentido común para concluir que un estudio de suelos exige ciertas condiciones para que su resultado sea irrefutable.

El  alcalde de Morales ha sorprendido a quienes solo conocíamos que además de economista era un experto en formulación de proyectos de inversión pública porque más que ello ha dejado evidenciado que es una autoridad intolerante y prepotente, un alcalde que tiene que recibir el mandado de un juez para entregar información de su gestión, eso sin dejar de recordar los lamentables exabruptos verbales en el que ha incurrido. Una dosis de mesura y ubicaína le vendría bien al burgomaestre Pezo Carmelo.

Por experiencia cercana siempre me genera sospechas aquel alcalde que se obsesiona con vacar a sus regidores, a estas alturas pocos podrían dudar que Pezo Carmelo tuvo participación subrepticia en el procedimiento que culminó con la vacancia de unos de sus concejales. Hasta hoy me pregunto por qué incomoda tanto la fiscalización de los regidores, si las cosas se hacen de manera correcta, legal y transparente no habría por qué inquietarse. La fiscalización que realizan los regidores es una prerrogativa señalada expresamente por ley.

La Ley N° 28421, que modifica la Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos,  establece dos condiciones para que finalmente una autoridad sea revocada del cargo. La primera es que se requiere la mitad más uno de los votos válidamente emitidos y la segunda es que para que proceda la revocatoria deberán haber asistido por lo menos el cincuenta por ciento (50%) de los electores hábiles del padrón, según información actualizada Morales cuenta con 16, 500 electores, consecuentemente mínimo deberán asistir a votar 8, 250 ciudadanos y de ellos la mitad más uno, es decir 4,126 deberán marcar el SI para mandar a su casa a Pezo Carmelo. Hay que tener en cuenta que en las elecciones municipales del 2010 en el distrito de Morales no asistieron a votar 2,084 ciudadanos. Aún así las cosas no son tan sencillas para ninguno de los dos grupos, lo que está fuera de dudas es que este domingo el resultado de la consulta demostrará que tanto afectó sus yerros y aciertos.

Entre uñas largas y cornudos lo más gracioso que oí en medio de este proceso de revocatoria lo dijo un amigo al cual aprecio mucho; cuarentón él y siendo vecino de Morales le pregunté cuál de las opciones iba a marcar, me respondió serenamente que lo haría por el NO porque su mamá le dijo que si revocaban al alcalde Pezo Carmelo su calle no se iba a asfaltar…muy serio continuó comiendo su cebiche.

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