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jueves, abril 25, 2024

Arma infalible

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¿Quién usa un arma de fuego? La persona cargada de miedo. Pero, al parecer el mayor temor de ésta persona proviene de su interior, de sí mismo. ¿Es valentía o es cobardía el uso de un arma de fuego? El arma de fuego es para matar. Entonces, quien usa un arma de fuego es un potencial asesino. ¿Al prójimo se le debe matar o amar? ¿Una persona, con su tremenda pequeñez, está facultada para matar a su prójimo? ¿Por qué esta persona dispuesta a matar a su prójimo, se arrepiente, cambia de parecer, y ama de corazón a su posible persona? ¿Esta persona puede salvarse? Es cuestión de abrir el corazón y emplear el arma infalible, que no falla.

“Y Dios creó a los seres humanos a su imagen; varón y mujer los creó” “Vio entonces Dios todo lo que había hecho, y todo era bueno” Gen 1, 27,31. Se presenta la serpiente y comenta: “¿Así que Dios les dijo que no comieran de ninguno de los árboles del huerto?” “Podemos comer el fruto de los árboles del huerto; solo nos prohibió Dios, bajo amenaza de muerte, comer o tocar el fruto del árbol que está en medio del huerto”, responde la mujer.

“¡De ningún modo morirán! Lo que pasa es que Dios sabe que en el momento en que coman se les abrirán los ojos y serán como Dios, conocedores del bien y del mal”, añade la serpiente. Ahora ¿por qué la serpiente pone en tela de juicio la disposición de Dios? ¿Pretende hacer creer al ser humano que Dios es mentiroso? ¿Por qué la serpiente, que representa al mal, insinúa en tentar al ser humano? ¿Por qué la serpiente, o mejor dicho el mal, no dejan que el ser humano viva obedeciendo los mandatos de Dios? En la actualidad, las tentaciones serpentarias son muchas: el licor, el cigarro, la prostitución, la corrupción, el dinero. Se sabe que luego, “la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno para comer, hermoso a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Así que tomó de su fruto y comió; se lo dio también a su marido…” La tentación no queda solo en tentación, sino se ejecuta. Y el pecado no solo queda en la mujer, sino también se extiende a la pareja.

Años después, en esos mismos territorios, “María dijo al Ángel Gabriel: Aquí está la esclava del Señor, que suceda como tú dices”. “María dio a luz a su hijo primogénito (Jesús)”. Luego de tres décadas, Juan bautiza a Jesús, “y mientras Jesús oraba se abrió el cielo, y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma visible, como una paloma, y se oyó una voz que venía del cielo: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco” (Luc 3,22) De allí, “el Espíritu lo condujo al desierto, donde el diablo lo puso a prueba durante cuarenta días” ¿Quién es el diablo para tentar a Hijo de Dios? ¿Qué autoridad tiene? ¿Qué autoridad tienen el cigarro, el licor, el dinero, la corrupción, la avaricia, la infamia, la infidelidad, para tentarnos? El Dios Jesús, no dialoga con el diablo, solo responde de manera tajante: “No solo de pan vive el hombre” “Está escrito: Adorarás al Señor tu Dios, y solo a Él darás culto” Al final arremete: “Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios”. En este instante “el diablo se alejó de él hasta el momento oportuno”. Como se ve, el diablo está presente siempre. El tema está en que le demos cabida en nuestra vida. El diablo conoce la palabra de Dios, pues encara a Jesús: “porque está escrito: Dará órdenes a sus ángeles para que te protejan; te llevarán en brazos y tu pie no tropezará en piedra alguna” (Sal 91, 11-12) Precisamente porque conoce la palabra de Dios, selecciona e interpreta a su manera para hacer caer al incauto y quizá noble hombre que vive solo porque el aire pasa libremente por su nariz y porque el campo produce el alimento diario. Pero, el arma infalible, la Palabra de Dios en toda su real dimensión, necesariamente derrota al mal. En los inicios, Eva desobedece a Dios; en cambio, luego, María obedece al Señor, se entrega a Dios. Adan cae en la tentación; por su parte, Jesús, rechaza tajante la tentación, mediante la palabra como arma infalible ¿Por qué seguimos enredados en las tontas tentaciones de la vida mundana? ¿Por qué caemos como mansa paloma en la tentación de la borrachera? ¿Alguien puede decir, levantando la mano, que la borrachera le hace realmente feliz con su esposa, con sus hijos, con su economía familiar? Para ésta y para todas las demás tentaciones del mal, solo se combate con el arma infalible: La Palabra de Dios.

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