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sábado, abril 20, 2024

El alma no tiene sexo

conaromaycafe

“Opina cuando tengas hijos”, “Primero ten tus hijos y luego los crías”, ayer saludaban a cuanta mujer encontraban en el trabajo, en la casa, en las calles y horas atrás, era condicionante ser madre para poder opinar. ¿Con qué cara saludas, si a diario violentas a la mujer? Se ha hecho costumbre sembrar flores, para luego desojarlas sin piedad. Pero tú, a mí no me metes golpes confundidos con amor, no me humillas con un beso en la mejilla, ni me gritas con un cántico de amor, porque no soy menos mujer por no tener hijos. Soy mujer y punto.

Hoy hago una pausa y señalaré desde mi trinchera lo que quisiera decir y enseñar a mis hijos, esos hijos que están esperando una madre, una vida y un lugar donde vivir, con libertad y sin estar encasillados en modelos impuestos, en donde cuanto más larga sea la falda, menos puta eres, donde los hijos deben temer a los padres, donde las mujeres no deben opinar y donde la violencia es justificada por el amor.

Por eso, cuando tenga mi hijo, me encargaré de enseñarle que el mundo está lleno de idiotas, de hipócritas y de gente con doble moral.

Cuando tenga mi hijo, sabrá que el cura de la iglesia podría ser un maldito pervertido y pedófilo.

Cuando tenga mi hijo, le diré que tenga cuidado de todos, incluyendo de sus familiares o amigos, porque podrían violarlo.

Cuando tenga mi hijo, sabrá que nadie tiene derecho a maltratarlo, mucho menos sus profesores en el colegio.

Cuando tenga mi hijo, le diré que la droga mata los sueños y la vida, y que serán las malas amistades quienes le ofrezcan.

Cuando tenga mi hijo, le recordaré que puede llorar por una decepción amorosa, pero el mundo no acabará ahí.

Cuando tenga mi hijo, le recordaré que la persona que ríe con él, puede ser la misma que luego la apuñale por la espalda.

Cuando tenga mi hijo, le enseñaré a nunca bajar la cabeza, a luchar por sus sueños y a sacarse la m….. para ser mejor persona y profesional.

Cuando tenga mi hijo, desde pequeño tendrá la libertad de elegir. Me encargaré de que sepa todo, que conozca a qué está expuesto.

Cuando tenga mi hijo, le enseñaré a ser y vivir feliz, pero sobre todo a respetar, sin distinción.

Tapando los ojos a nuestros hijos, no estamos librándolos de nada. Yo quiero que mis hijos conozcan la verdadera realidad, porque sólo así podrán elegir hacer las cosas bien, los valores aplicados en casa, en ese momento se verán reflejados.

Mi hijo sabrá que hay hombre, mujer y homosexual, lo sabrá porque es una realidad y hay que respetarla.

Mi hijo podrá jugar con muñecas y mi hija con carros, porque deben experimentar y un juguete no los definirá.

¿Ideología de género? ¿Tanto se rasgan por una curricula? Si la educación moralista que han tenido sus hijos fuese efectiva, por qué existe tanto drogadicto, delincuente, escolares y universitarias prostituyéndose. No hay buenos resultados, al contrario, sus odios generan en los homosexuales, exclusión y muertes y en la sociedad alimenta pensamientos retrógrados.

Tengo amigos gays que son mil veces mejor que sus hijos heterosexuales. La educación empieza en casa, pero por favor sáquense la venda de los ojos, vivimos en una sociedad enferma, porque estamos acostumbrados a esconder la basura debajo de la alfombra y de golpearse el pecho diciendo que son mejores, cuando a la vuelta de la esquina su discurso de buen samaritano queda botado en la basura.

Peleen y marchen por la justicia, la violencia y la televisión basura que están expuestos nuestros niños. Luchen para que los violadores y curas pedófilos sean duramente sancionados, sin contemplación. Déjense de tonterías y ayuden a cambiar esta sociedad enferma. Es hora de abrir los ojos y de verdad hacer algo (pero en serio).

No quisiera saber de más violaciones, de niñas estranguladas y de mujeres violentadas. Si el mundo cambiara, quizás también dejaríamos de ver tanta homofobia y no supiéramos de más homosexuales descuartizados en una maleta. Por favor, esto sí requiere de ideología, de ideología de cambio, porque la homosexualidad no se aprende, la homofobia sí.

La mirada como el alma no tiene sexo, por eso mi amor, ven y sigamos haciendo el amor, libres, como todos tienen derecho a serlo.

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