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jueves, marzo 28, 2024

El cuento simbólico La vida del hombre (Relato-Javier Marqués)

El cuento simbólico.
El lector se preguntará ¿es ésta una fábula, un apólogo, un cuento? Es todo eso y algo más. Yendo más allá de las estructuras clásicas a la manera de Esopo y otros fabulistas, los relatos de este gran narrador brasileño, crean una atmósfera irónica en sus textos un tanto sarcásticos. Parece que interpretara lo que Julio Cortázar afirmaba: “Hay asuntos que sólo tratándolos haciendo uso del humor lograrán sacudir hasta las conciencias más adormecidas”, Satirizar y remover prejuicios sociales a través de simbolismos como estas profundas y sencillas narraciones breves con moralejas nada convencionales o clásicas, pero sin perder su sencillez y transparencia.

Sus relatos abordan –desenmascarando– convencionalismos sociales, abordando profundas reflexiones éticas y hasta filosóficas, como podemos distinguir en la historia “La vida del hombre”. De ninguna manera intenta ser una simple parodia del género.

Estamos frente a uno de los más caracterizados escritores de la literatura brasileña.

“La vida del hombre” – Javier Marqués
Dios creó al hombre, y le dijo:
–Anda, Serás el señor de la tierra y el animal superior. Grandes Trabajos y muchas sorpresas le esperan, pero triunfarás de todo por tu propio esfuerzo. Tu felicidad depende de tu voluntad. Vivirás Treinta Años…

El hombre escuchó, y se calló pensativo.
Dios creó al asno, y le dijo:
–Vivirás como esclavo del hombre, le llevarás así como todas las cargas que te pondrá encima, serás suficientemente paciente para soportar, no solo las cargas pesadas, si no también las privaciones que te serán Impuestas durante los viajes. Vivirás cincuenta años.

El asno meditó y contestó:
–Esclavitud, cargas, privaciones y vivirás cuenta años… perdóneme pero es mucho, Señor; Treinta años me bastarán.

Dios Creó al perro, y le dijo:
–Anda serás el compañero del hombre, le servirás de guardián, siempre vigilante, en su puerta, sirviéndole con completa obedencia, aunque te den sólo un hueso para calmar tu hambre, recibirás golpes; pero humilde y fiel, lamerás la mano que te pegará, vivirás treinta años.

El perro pensó, y replicó:
–Vigilar día y noche, recibir golpes, tener hambre y vivir treinta años.. No, Señor, quiero diez solamente.

Dios Creó al mono, y le dijo:
–Ande, tu oficio es divertir al hombre, saltando de rama en rama, o bien amarrado con una cadena, tratarás copiando sus gestos e imitándole y haciendo muecas, hacerle olvidar sus molestias y regocijarle.

Vivirás cincuenta años.
–Señor, es demasiado para una vida tan indigna. Me basta vivir treinta años.
Interrumpiendo para hablar, entonces el hombre dijo:
–Veinte años que el asno no ha querido, veinte años que el perro ha desdeñado y veinte que el mono ha rehusado, dádmelos, Señor, puesto vivir treinta años para mí son pocos para el rey de los animales.

–Tómalos, dijo el creador. Vivirás Noventa años, pero con una condición; tu realizarás en tu vida no sólo tu destino, sino también del asno, el perro y el mono.

Desde ese día, así vive el Hombre:
–Hasta Treinta años, Es valiente, resistente, enfrenta peligrosos obstáculos, lucha resueltamente, vence y domina: ES EL HOMBRE.

–De treinta a Cincuenta años, tiene una familia y trabaja sin descanso para mantenerla. Educa a sus hijos, se cansa para asegurarles buen porvenir. Las cargas y responsabilidades se le acumulan encima: ES EL ASNO.

–De cincuenta a setenta años es el centinela de la familia. Abnegado y dócil su deber es defenderla, pero no puede hacer prevalecer su voluntad. Contrariado, se Humilla, Obedece: ES EL PERRO.

–De setenta a noventa años, sin fuerzas, gibado, tembloroso, arrugado vive arrinconado, inútil y ridículo, su guía hace reír, así como sus gruñidos y su chochez. Sabe que ya no sé le toma en serio, pero se resigna y le gusta hacerse el payaso para los niños. ES EL MONO.

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