De terror podría calificar la situación política de nuestro país, al estar a la espera del decenlace de lo que significaría continuar el camino con un presidente que renuncie o sea vacado.
Incertidumbre por lo que vaya a pasar y por quienes tendrán la responsabilidad de continar las riendas de nuestro país, pues piden, por un lado la renuncia del presidente o, hay intento de promover la vacancia, por otro, en los dos casos un incapacidad moral.
Lo que se confirmó es algo que ya conocíamos, solo faltaban evidencias, lamentablemente, Odebrecht, el todo poderoso en coimas y pago por favores a los gobiernos de nuestro país y algunos en América Latina, ha mojado la mano de muchos protagonistas de la política peruana.
Lo que sucederá en estos días será crucial, lo que esperamos es que la democracia no sea capturada por un grupo de poder que al parecer, intenta cubrir y que nos olvidemos que ahí también hay mucho por explicar.
Que caigan todos, es cierto que eso es lo que debemos solicitar por el bien del país, pero sin escudos y patrañas de lo que siempre nos han tenido acostumbrados los políticos de nuestra patria.
Situación difícil la que estamos pasando, que es seguro que va a desestabilizar la situación no solo politica sino también económica, pues a la espera del decenlace todo se va a paralizar en el país.
Y es que los peruanos no aprendemos la lección, de analizar bien las propuestas y los perfiles de quienes nos quieren gobernar. Mucho se dijo del trabajo de lobista que realizaba PPK en el gobierno de Alejandro Toledo; queda esperar sus descargos, lo que es real es que el sabor amargo ya lo tenemos y desde hace años.