Hoy se debate en el pleno del Congreso la vacancia a Pedro Pablo Kuczynski. Presenciamos una coyuntura crítica que pone en disputa política al Gobierno con el Parlamento, instituciones de pesos y contra pesos en un diseño de sistema presidencialista.
En la actualidad no es complicado saber cuál de estas dos instituciones tiene más peso político. Por un lado PPK, parece un llanero solitario, sin contundencia y claridad ante 5 periodistas. ¿Dónde están los dirigentes del partido? ¿Dónde están sus ministros? ¿Dónde están sus garantes? ¿Dónde está Vargas Llosa?
Por otro lado, el fujimorismo – aún con el rechazo de algunos sectores y con las últimas acusaciones contra Fuerza Popular y Keiko – se sigue mostrando como un bloque, son conscientes de la organización y capacidad de desplazamiento que tienen a nivel nacional. Aún con las intervenciones contrarias de Kenji, el fujimorismo de Keiko no perdió consistencia.
Ahora es importante analizar la coexistencia y las coincidencias en la historia política peruana entre PPK y el Fujimorismo – al menos – durante los últimos 25 años. A la fuerza naranja la dividiré en tres sub-grupos; el fujimorismo de Alberto, Keiko y Kenji. Es importante señalar que el presente análisis estará dividido en tres dimensiones.
La primera dimensión se aborda desde el punto de vista electoral, durante la primera vuelta de las elecciones 2011, Keiko dejaba fuera de carrera al entonces líder de la Alianza por el gran Cambio. En la segunda vuelta, pocos meses después Pedro Pablo Kuczynski decía “Voy a votar por Keiko” y cinco años más tarde sentenciaba “Tú no has cambiado pelona, sigues siendo la misma” en un segundo debate el 2016.
Desde el punto de vista político, hay muchos que creen que Kuczynski puede disolver el congreso con mayoría fujimorista. Recordemos que Alberto, fue el último presidente que disolvió un parlamento. Alberto, ahora se encuentra en prisión y el indulto siempre fue una papa caliente para todos los gobiernos. Allí es donde encuentra coincidencias con Kenji, un aliado de PPK. El indulto como pacto por vacancia, puede quebrar algunos votos necesarios.
Es precisamente el indulto el que abre el tercer punto de vista, la vacancia en sí misma. En el año 2000, Alberto había renunciado por fax pero fue vacado por incapacidad moral, hoy PPK no piensa renunciar pero tiene cita de vacancia en el pleno con resultado de carácter reservado. El fujimorismo vacado a finales del siglo XX hoy es la fuerza mayoritaria y promotora de una vacancia 17 años después.
Independientemente del resultado de hoy donde quepan muchas hipótesis – una de ellas es que un expresidente vacado, sentenciado, puede ser indultado, precisamente, para no vacar a otro presidente – la pregunta que muchos peruanos se pueden realizar sería: ¿Por qué tanta idas y vueltas entre PPK y el Fujimorismo?.
Sin embargo, independientemente de cualquier resultado o hipótesis política, la respuesta está a la vista de todos nosotros, durante estos últimos años no hemos desarrollado instituciones políticas sólidas y con nuestro voto hemos entregado nuestra representación o bien a un caudillo o a una máquina electoral.