Ayer inició el solsticio de verano (para el sur) que coincide con el momento astronómico en que empieza la nueva estación. “La Navidad es la principal fiesta tradicional asociada al solsticio de verano, aunque su ambientación dista mucho en las diferentes partes del mundo, ya que en el hemisferio norte se relaciona con la nieve y el frío.”
En este solsticio “el Sol se sitúa en el punto más alejado del ecuador del planeta y el día y la noche alcanzan su máxima diferencia de duración. A partir hoy, las noches se irán acortando y, poco a poco, aumentarán las horas de luz.
En la jornada en que se produce el solsticio de invierno el Sol alcanza su máxima declinación Sur (-23º 27′) y durante varios días su mayor altura al mediodía no varía, de ahí que a esta circunstancia se le llame solsticio (“Sol quieto”) de verano.” (El País)
A este respecto el ilustre Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares (www.magnanet.org) aporta interesantes estudios desde una perspectiva de síntesis pluricultural para comprender más amplia y profundamente este trascendental día del año:
“En el interesante estudio de Luis González Reimann en su tesis “Tiempo Cíclico y Eras del Mundo en la India”, 1988, muy fundamentadamente señala que desde los himnos del Rig Veda se venera la aurora del año nuevo en el momento del solsticio de invierno, cuando los días comienzan a ser más largos y las noches más cortas y así los himnos védicos [dedicados] a Usas (el amanecer) enfatizan la importancia del día presente, como el señalamiento de un día especial a diferencia de todos los demás días, cuando el Sol alcanza su máxima declinación sur, cumbre de la verticalidad en que ahora el Maestre sitúa el brazo del Saber de la Cruz, como la victoria de la luz sobre la obscuridad.”
“Es así el himno védico para el día que cobra importancia en la representación cosmogónica que se manifiesta por excelencia, en la cima de la línea vertical solsticial.”
“De ahí que indica que el investigador A.J. Van Buitenen agrega que de hecho, esta conexión entre Usas y el día del año nuevo es sólo parte de una teoría más amplia según la cual el núcleo más antiguo del Rig Veda podría haber sido un texto para el ritual de año nuevo.”
“El Sendero relacionado con la mitad ascendente de luz es llamado Devayana, es el de aquellos que profundizan la Verdad. Es como desde el Saber alcanzar la Devoción hasta el punto de realizar la Parabakti [“supra-devoción en el saber”], más allá de la devoción, en la que se la realiza más allá de los actos o rituales de devoción, sino en función de un cumplimiento sacerdotal de Alta Iniciación, que se manifiesta fundamentalmente en la teurgia y en el rayo ceremonial.”
“Volviendo al solsticio de invierno, ese día, llamado en sánscrito caturvinsa, se inicia el gavam ayana, movimiento del rayo de luz, ritual anual. En los Brahmanas, el término ayana corresponde a diversos rituales que se llevan a cabo en forma periódica. Gavam es el genitivo plural de go, que significa “rayo de luz”, inclusive refiriéndose al Sol. Aunque también, muy propio de la Era de Taurus, también significa vaca.”
“Por cierto que en las págs. 158 y 159 aclara que SOLSTICIO, VIENE DEL LATÍN SOLSTITIUM, DE SOL Y STITIUM. STITIUM QUE INDICA LA IDEA DE DETENER ALGO QUE ESTÁ EN MOVIMIENTO. Se refiere a los dos momentos estáticos del ciclo solar, en el cambio diario del acimut del Sol que es de sólo fracciones de un minuto de arco, lo cual hace casi imposible percibir la diferencia en el día solsticial.”
“Nos recuerda que en Macchu Picchu en el Perú, existe la piedra vertical del Intihuatana, en que “se detiene el nuevo sol que nace” en la Tradición Incaica. Ahí la fiesta del Inti Raymi de los Incas, se hace en honor de la cima vertical del solsticio. Como está en el hemisferio austral donde el invierno comienza en junio, se realiza seis meses después de lo que se realiza en el hemisferio boreal. Ahí escogimos al azar para oficiar el Ceremonial Mayor en nuestra primera visita en el solsticio de 1965. Sabemos que fue un sentido de ofrenda y unidad teúrgica con ese lugar solsticial de los sabios Incas.”
“En cuanto a la aparición en el hinduismo de los Avatares o descensos de la Segunda Persona de la Divinidad, el Dios Vishnú, es decir, sus encarnaciones sobre la Tierra, cuando el ciclo ha llegado a su punto final, cuando la Ley ya no es respetada, nos recuerda la importancia que tenía en tiempos védicos celebrar rituales en los momentos de transición de los ciclos, a fin de garantizar su continuidad.”
“El momento más crítico del ciclo es la transición (sandhi) que, entre los ciclos astronómicos védicos, significa el amanecer y el solsticio de invierno. Es el uttarayana, el inicio del movimiento de aumento gradual de duración del día, la mitad ascendente del ciclo anual, cuando la luz va en aumento, lo que corresponde al amanecer del solsticio de invierno. Cada día el Sol permanece por más tiempo arriba del horizonte y su altura sobre el horizonte en el medio día también aumenta. En cambio, en los equinoccios, del latín aequi, igual, y nox, noche, la línea horizontal, (del horizonte), la duración del día y la noche es la misma.”