Por Willian Gallegos Arévalo
“El fútbol -escribe Jorge Eslava- es el amor más largo y descabellado de nuestra vida. Es la pasión desesperada por los opuestos de pertenencia y privación, multitud y soledad, devoción y rencor, y yo, como un hombre que he vivido permanentemente enamorado, doy fe de ello. Y los que sienten pasión por el fútbol son los que más aman.
Creo que no hay pueblo que no haya vivido momentos de frenesí en esas “tardes de gloria” –y les estoy robando la frase a Luis Alberto Vásquez Vásquez y a Alberto Ríos Ramírez (+)–.Y en Tarapoto se vivía la emoción de pueblo cuando un tropel de aficionados bajaba por el jirón Nicolás de Piérola mientras otros venían por el hoy jirón Orellana a ver los partidos y especialmente esos clásicos. Porque ahí estaban los hermanos Zumarán, del Deportivo Huracán”; Víctor Quiñe Navarro, el arquero del Cali, a quien, por lo bajo, decían “robafocos”; el olímpico Luis Yalta Hidalgo, del Unión Católica; el “`piedrón” Manuel Tello Rojas y el granítico de piernas de estoraque, Eloy Ruiz Trigozo.
Por acuerdo de los dirigentes del Unión Católica y del ingeniero Inocencio Berlanga Zamudio, funcionario de la Zona Agraria IX, en 1971 (por confirmar) se fusionan el club deportivo y la institución agraria y constituyen el Unión – Zona Agraria Región IX. Llegarían a formar una poderosa escuadra que en los años setenta y ochenta lo integrarían, entre otros: Nicolás Núñez Amoretti, Roberto Kock Galleguillos, Marden López Navarro, Gilberto Begazo Orihuela, Manuel Vidaurre, Luis Ramírez, Emilio Castre Cárdenas, siendo utilero el conocido Jaime Pérez (La Páshina). En 1980 encuentro a Nicolás Núñez, Ruler Ríos, Linder García García, Raúl Pinedo Ramírez (Churo), Wagner García Perea (Cachete), Wellington Díaz, Ner Pinto, Bedmar Paima Macedo, Manuel Alfaro Boza, Paco Vásquez García, entre otros.
En 1981 se jugaría un encuentro que concitaría la atención de todos, entre Unión Zona Agraria y la Universidad Técnica de Cajamarca (UTC) que traía al famoso Samuel Chamochumbi. Y un partido de esta categoría tenía que contar con un visitante de primer nivel y nadie mejor que el senador Eduardo Yashimura Montenegro, de quien los populistas decían que era el tercer hombre más poderoso del país, pues era nada menos que secretario del Senado y detrás de Javier Alva Orlandini, el famoso “Lechuzón”, chapa que le pondría Luis Felipe Ángell de Lama, el popular Sofocleto. El senador Yashimura daría el viril play de honor; minutos antes prometió la iluminación del estadio municipal en menos de un mes. Han pasado cuarenticinco años….y estamos esperando.
Aquella tarde la fanaticada tarapotina desbordaba en emociones. La tribuna, totalmente colmada, bullía para ver a sus atletas donde Nicolás Núñez Amoretti volaba como un suisui a atrapar la pelota y Linder García corría por la punta izquierda como si fuera un venado escapándose de sus feroces cazadores. Fue una tarde para un bello recuerdo. (Comunicando Bosque y Cultura).



