Un grupo de ronderos que protege el bosque de Marona, ubicado en la provincia de Moyobamba, dio a conocer la existencia de una antigua ruta utilizada por narcotraficantes a inicios de los años noventa para sacar droga hacia otras zonas del país. Este camino, que formaba parte de una vía clandestina, incluye un sector conocido como “El Tambo de la Mala Muerte”, llamado así porque en ese lugar fueron asesinadas dos personas durante aquella época.
El dirigente ronderil Esteban Bustamante Silva relató que el sendero conecta el distrito de Jepelacio con la localidad de Marona, y era usado para el transporte de estupefacientes, burlando los controles policiales. Según explicó, en ese trayecto los traficantes solían ser asaltados por los mismos compradores, y en donde hoy hay dos cruces del camino se encontraron los cuerpos de las víctimas, lo que dio origen al temido nombre del lugar.

Bustamante Silva precisó que, con el paso de los años, la zona se transformó completamente. Actualmente, el bosque se ha convertido en un área de concesión forestal de conservación, donde abundan plantas medicinales y especies nativas, entre ellas el árbol de la quina, símbolo de la biodiversidad amazónica.
El dirigente señaló que este espacio se ha convertido en un nuevo atractivo ecoturístico. Los visitantes pueden recorrer el mirador del bosque, desde donde se observan las cruces que recuerdan los hechos violentos ocurridos décadas atrás. Además, los guías locales narran la historia del lugar como parte de la memoria viva de la región.
Finalmente, los ronderos destacaron que, gracias a su vigilancia constante, el bosque de Marona se mantiene protegido de la tala ilegal y de la invasión de terrenos para el cultivo de café. “Si no fuera por nuestra organización, este bosque ya habría desaparecido. Hoy es un orgullo para la comunidad”, afirmó Bustamante Silva. Por: Hugo Anteparra



