(Segunda entrega, final)
La escena se repite cada semana en TikTok: videos breves, música de moda y chicas jóvenes mostrando fajos de billetes, maquillaje caro y teléfonos nuevos. El mensaje —siempre directo— promete ingresos que superan por miles al sueldo mínimo: “¿Por qué trabajar por menos si como fichera puedes ganar más?”.
La mayoría de estas publicaciones vienen de Madre de Dios, y no son otra cosa que carnadas digitales para captar adolescentes. Así lo revela un informe del portal OjoPúblico, que identificó una docena de perfiles ofreciendo empleos falsos con supuestos sueldos de hasta S/ 10.000.
Madre de Dios: un foco que se expande entre dragas y redes sociales
La región continúa siendo uno de los principales escenarios de trata de personas en el país. Entre el 2020 y el 2025, la Fiscalía Especializada en Delitos de Trata de Personas de Puerto Maldonado registró 645 presuntas víctimas. El año pasado se reportaron 157 casos, la cifra más alta del período.
Las zonas mineras concentran casi todas las denuncias. La Pampa, entre los kilómetros 98 y 115 de la Interoceánica, es el epicentro. En los distritos de Huepetuhe y Laberinto, así como en Boca Unión, Huantupa, Boca Colorado, Delta 1 y Punkiri Chico, la situación no es distinta.

La fiscal Diana Aleida Valencia Koga, a cargo de la unidad desde 2022, lanzó una alerta que preocupa:
“Hace unos años encontrábamos chicas de 15 o 16. Ahora estamos identificando víctimas de 14 e incluso 13 años”.
Las menores viajan con la idea de trabajar como cocineras o cajeras, pero terminan obligadas a desempeñarse como “damas de compañía”, obligadas a vender licor, soportar tocamientos y exponerse a propuestas sexuales. Es explotación disfrazada de empleo fácil.
Las redes sociales: el nuevo territorio de los tratantes
Antes de la pandemia, la captación ocurría en la calle, con avisos y agencias informales. Hoy se mudó al celular.
Facebook, Instagram y TikTok son los espacios preferidos. Incluso hay transmisiones en vivo donde se reclutan jóvenes en tiempo real. En los comentarios, usuarias piden detalles: “¿Es seguro?”
Otras —muchas veces perfiles administrados por los propios tratantes— responden: “Sí, hermosa, ya trabajo aquí”.
Así coordinan viajes, supuestamente con gastos pagados.
Un estudio del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) analizó más de 32.000 anuncios en estas plataformas. Su conclusión es clara: los tratantes explotan deseos juveniles —dinero rápido, independencia, viajes, objetos de lujo— para atraparlas.
El informe advierte que incluso los videojuegos en línea, como Roblox, Minecraft o FIFA, se han convertido en nuevos espacios donde adultos engañan a menores sin control. Y añade un problema mayor: la falta de coordinación entre las unidades policiales de ciberdelito y trata, sumada a la escasa inversión estatal, permite que esta red se expanda en silencio.

De las aulas a las dragas: la captura de adolescentes en la minería ilegal
En Loreto, el panorama no es distinto.
Un informe del 2024 de la ONG CHS Alternativo reveló que adolescentes awajún empiezan a trabajar en la minería ilegal a edades extremadamente bajas. En los ríos Borja y Alto Marañón, la edad promedio de inicio es de 14,9 años, con casos desde los 9 años.
Muchos empiezan porque sus familias necesitan ingresos; otros, porque un minero les promete sueldos que nunca llegan. Los que migran para estudiar terminan en albergues precarios, vulnerables a la captación.
Entre el 2020 y el 2025, las fiscalías especializadas registraron 7.790 denuncias por trata de personas a nivel nacional.
En Ucayali, la Policía halló a menores trabajando en dragas en Aguaytía durante un operativo en julio de 2024. En febrero de este año, el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis (GTANW) denunció un hecho aterrador: mineros ilegales usaron a niños de 4 a 10 años como escudos humanos en el río Santiago a cambio de S/ 10.
Un futuro arrebatado: deserción escolar, drogas y VIH: La expansión minera trae consigo violencia, intimidación y un deterioro social que se acelera.
Desde Datem del Marañón, el líder indígena Lirio Rojas Asipali, presidente de la Oepiap, confirma que la minería ilegal está desplazando a la educación:
“Muchos jóvenes ya no muestran interés por la escuela. Están dejando la primaria o secundaria para trabajar en la minería o en los bares”.
En Condorcanqui, el panorama se agrava.
El presidente de Orjowat, Janer Vásquez Sunka, relata que el consumo de alcohol y marihuana creció desde la llegada de los mineros.
“Ahora hay bares, discotecas y alcohol por todos lados. Antes, nada de eso existía”.
Las consecuencias ya están en las cifras.
Según Roberto Rivera Sánchez, director de la Red Integral de Salud de Condorcanqui, los casos de VIH se dispararon: El 2022: 155 casos, para el 2024 la cifra se duplicó 340 casos, en lo que va del 2025: 234 casos. De ése frio número 88 de estos casos son menores de edad, es decir, 37% de los diagnósticos actuales corresponden a niños y adolescentes.
“La minería ilegal trae dinero, y con eso vienen los bares, la prostitución —también infantil— y el aumento de enfermedades de transmisión sexual”, explica.
Una cadena que empieza en un celular
La amenaza es clara: redes sociales, minería ilegal y abandono estatal forman un circuito perfecto para atrapar a niñas, adolescentes y jóvenes indígenas. Todo empieza con un video de TikTok, una promesa fácil y una vida que cambia para siempre. Fuente: ojopúblico



