Una investigación revela que la degradación podría alterar funciones ecológicas por más de un siglo.
La Amazonía enfrenta transformaciones profundas e irreversibles provocadas por la tala, los incendios y la deforestación, según un estudio publicado en Global Change Biology. La investigación advierte que estos disturbios están modificando la diversidad de especies de árboles y las funciones ecológicas esenciales del ecosistema tropical, justo mientras en la COP30 se discuten medidas para proteger la región, aún sin integrar plenamente el impacto de la pérdida de biodiversidad.

El estudio analizó 25.313 árboles grandes y 30.070 pequeños en 215 parcelas, desde bosques primarios hasta áreas taladas, quemadas o en regeneración. Los resultados muestran que las actividades humanas afectan de forma consistente la diversidad taxonómica, funcional y filogenética, incluso donde el bosque intenta recuperarse.
Los investigadores evidencian que, tras la degradación, se imponen especies pioneras —de rápido crecimiento— mientras desaparecen especies grandes, longevas y ecológicamente clave. Así, los bosques secundarios presentan la menor diversidad y una composición muy distinta a la de los bosques primarios intactos. Incluso las áreas taladas y quemadas exhiben transformaciones tan profundas como los bosques secundarios, lo que cuestiona la capacidad de recuperación natural de la Amazonía ante daños severos.
La investigación examinó 20 características funcionales de los árboles (espesor de corteza, densidad de madera, área foliar, micronutrientes, entre otras) y elaboró un árbol filogenético con todas las especies registradas. Esto permitió concluir que la combinación entre el lento crecimiento de especies longevas y la persistencia de pioneras puede mantener alteradas las comunidades arbóreas por más de un siglo, incluso sin nuevos disturbios. Esta alteración prolongada compromete servicios esenciales como la captura de carbono, la regulación climática y la diversidad genética.

La autora principal, Dra. Erika Berenguer, enfatiza que la crisis climática no puede abordarse sin considerar la biodiversidad: “Los bosques alterados presentan composiciones empobrecidas y distintas, por lo que amplias zonas de la Amazonía podrían ya no ofrecer la gama completa de servicios presentes en los bosques primarios”.
El artículo concluye que proteger los bosques primarios intactos es urgente, pues concentran la mayor diversidad y heterogeneidad biológica. Asimismo, insta a evitar la degradación total de los bosques primarios perturbados, que aún conservan niveles superiores de biodiversidad frente a los secundarios. Para ello, las estrategias de restauración deben considerar no solo la presencia o ausencia de especies, sino la heterogeneidad funcional y evolutiva, clave para el éxito de cualquier política de recuperación.
Fuente: Revista Global Change Biology



