Un llamado a la unidad del gremio para reconstruir confianza, recuperar el protagonismo institucional y contribuir a un crecimiento urbano ordenado, legal y sostenible en San Martín.
En una etapa decisiva para el Colegio de Arquitectos del Perú – Regional San Martín, la arquitecta Jacqueline Bartra, candidata por la Lista N.º 1, plantea una propuesta que busca reposicionar al gremio como un actor técnico central en la planificación sostenible de la ciudad y la región. Bartra encabeza un equipo que combina experiencia, juventud y especialidades diversas, enfocado -según afirma – en articular soluciones reales frente al desorden urbano, la degradación ambiental y la débil implementación de los instrumentos de planificación.
Bartra detalla que la lista incluye al arquitecto Tulio Vázquez Canales, reconocido por su trayectoria profesional y autor del libro “El Otro Urbanismo”; a la arquitecta Patsy Arévalo, con sólida vinculación académica y postulante a la Dirección de Economía; y a Diana Carolina Caro, quien ha trabajado en entidades del Estado como la UGEL, y busca asumir la Dirección de Asuntos Gremiales. Se suman el arquitecto Tadeo Campos, especialista en arquitectura paisajística con estudios de posgrado en España; el arquitecto Franklin Cardoso, representante de una generación joven con experiencia en proyectos inmobiliarios sostenibles; y la arquitecta Carla del Castillo, integrante del Proyecto Huallaga, quien postula como directora suplente. Para Bartra, esta diversidad es una fortaleza decisiva: un equipo multidisciplinario y alineado – subraya – “con las necesidades actuales de la ciudad y con una visión sostenible”.
La candidata remarca que esta visión integral supone asumir la defensa del entorno urbano y natural. Propone priorizar el cuidado de humedales, puquíos y ríos, así como promover acciones concretas como la reforestación desde el propio CAP.
Resalta que tanto Tadeo Campos como la arquitecta Nuria, asambleísta y ecóloga, cuentan con especialización en arbolado urbano, lo que permitiría ofrecer asesorías técnicas a municipalidades y gobiernos. Bartra recuerda que, aunque Tarapoto se promociona como la “ciudad de las palmeras”, estas especies no generan confort térmico, por lo que urge incorporar árboles nativos que den sombra, mejoren el clima urbano y ofrezcan una mejor experiencia al peatón. “Queremos ciudades sostenibles, pero también rentables y eficientes”, afirma.
En esa misma línea, destaca una propuesta macroregional vinculada al uso de la madera. Desde la articulación de los capítulos del CAP en Loreto, Ucayali y Amazonas, buscan impulsar la industrialización del recurso maderero. “Tenemos un gran bosque, pero una industria pequeña”, señala, contrastando con el caso chileno. La candidata explica que esta apuesta debe integrarse al Plan de Desarrollo Urbano, al ordenamiento territorial regional y al Plan de la Amazonía del CEPLAN, de manera que el conocimiento técnico del gremio pueda guiar inversiones y políticas.
La arquitecta aborda también la situación crítica de los planes de desarrollo urbano de Tarapoto, señalando que estos no han sido implementados adecuadamente. Aunque se han elaborado documentos en gestiones anteriores, la falta de continuidad y de prioridad política ha impedido su ejecución. Este abandono —advierte— impacta el control de habilitaciones ilegales y desarticula la planificación de la metrópoli. Por ello propone un trabajo conjunto con otros colegios profesionales y sectores clave como agua, electrificación y cableado, cuyas decisiones afectan directamente al paisaje urbano.
Sobre el rol de la academia, afirma que debe tener una presencia más activa, ya que desde la docencia observa propuestas basadas en experiencias internacionales que podrían adaptarse a la realidad local. Sin embargo, resalta que debe ser el Colegio de Arquitectos quien lidere y promueva estos procesos, articulando esfuerzos entre universidad, instituciones públicas y sector privado.
Bartra también se refiere al momento institucional que vive el CAP. Tras un periodo difícil, señala que los recientes cambios administrativos lograron que los ingresos del colegio crezcan seis veces, un indicador —dice— de que antes “las cosas no estaban funcionando correctamente”. Considera que este crecimiento abre una oportunidad para fortalecer el trabajo externo, recuperar presencia pública y demostrar el aporte técnico del gremio.
Finalmente, envía un mensaje a los colegiados: invita a mirar hacia adelante, valorar los avances internos y proyectarse a un trabajo cohesionado, sólido y técnico. “El Colegio de Arquitectos merece avanzar y recuperar su protagonismo”, concluye, llamando a construir desde la unidad un modelo urbano sostenible, ordenado y legal que responda a los desafíos de la región San Martín.



