Los vecinos de los barrios La Hoyada y Partido Alto, en Tarapoto, volvieron a vivir momentos de zozobra luego de un nuevo enfrentamiento entre barristas de Alianza Lima y Universitario de Deportes. El hecho de violencia se inició en el jirón Bolognesi, donde ambos grupos se enfrentaron a pedradas, generando pánico entre quienes transitaban por la zona. Lejos de detenerse, la gresca se extendió por el jirón Elías Linares, afectando incluso a un establecimiento de venta de bebidas.
Agentes de la Policía Nacional y del Serenazgo acudieron al llamado de emergencia y lograron intervenir solo a un menor de edad. Sin embargo, debido a su condición, el adolescente quedó nuevamente en libertad, mientras que los integrantes mayores de 18 años huyeron rápidamente del lugar. Esta situación ha reavivado el malestar de los vecinos, quienes consideran ineficiente la respuesta de las autoridades frente a estos grupos violentos.
Según los vecinos afectados, este tipo de enfrentamientos se ha vuelto recurrente en la zona, sin que hasta el momento exista un plan real y efectivo para prevenirlos o sancionar a los responsables. Los vecinos denuncian que ya no saben a dónde acudir para pedir protección, pues en repetidas ocasiones se han visto expuestos a la violencia, con piedras que incluso han impactado en las fachadas de sus viviendas.
El enfrentamiento del sábado por la noche también se extendió hacia el jirón Manuel Arévalo Orbe, en su intersección con el jirón Bolognesi, desde donde los barristas recorrieron varias calles generando caos y temor. La falta de control permitió que los enfrentamientos se prolongaran, afectando a familias enteras que tuvieron que refugiarse en sus casas para evitar ser alcanzadas por las pedradas.
Los moradores exigen acciones firmes e inmediatas por parte de la municipalidad, la Policía y otras instancias competentes. Advierten que, sin una estrategia coordinada para combatir el pandillaje pernicioso, los episodios de violencia continuarán poniendo en riesgo la tranquilidad del vecindario y la seguridad de niños, adultos y comerciantes que diariamente habitan o transitan por la zona. Por: Hugo Anteparra



