El sector agropecuario tiene el liderazgo productivo en la región y emplea, actualmente, a más de 264 mil habitantes de San Martín.
En un contexto donde los incendios forestales y las sequías vienen afectando la actividad agrícola en la región San Martín, la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) ha identificado que más de una cuarta parte (26%) de la actividad productiva en la región corresponde al sector agropecuario. Además, esta emplea a más de 264 mil personas.

“Las lluvias son importantes porque nuestros agricultores dependen de ellas para su trabajo. Según el Banco Mundial, de cada 10 hectáreas que se siembran en el país, 6 utilizan las lluvias como recurso para regar los cultivos. Es decir, a nivel nacional, la mayoría de los cultivos dependen de las condiciones climáticas”, expresó Franco Saito, economista de REDES.
Una sequía se define como la disminución prolongada de recursos hídricos en una determinada región y trae consecuencias socioeconómicas adversas. Entre las causas se puede mencionar, principalmente, el déficit de precipitación, pero también el aumento de temperaturas, cambio climático, deforestación, erosión del suelo y gestión inadecuada del agua o la sobreexplotación de los recursos hídricos.
“El agua es indispensable para todas las actividades económicas. Particularmente, en el caso de la agricultura, el acceso a este recurso permite mantener los terrenos de cultivo en óptimas condiciones, lo que facilita el desarrollo económico de las familias que dependen de este sector”, sostuvo el especialista.
A ello, agregó, se suma que el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno del Niño, en julio del 2024, señaló que las condiciones en el norte central del Perú fueron especialmente secas, mostrando niveles moderados y severos. En San Martín, incluso, se registraron niveles de sequía extrema.
Sector agropecuario en rojo desde inicios de 2024
Desde la primera mitad del año, el sector agropecuario en la región viene enfrentando un difícil panorama, al haber registrado dos caídas consecutivas durante el primer (-2.4%) y segundo trimestre (-3.3%). Esta situación ha respondido a la menor producción de yuca, maíz amarillo duro, cacao, palma aceitera y café, en un contexto de ausencia de lluvias y la presencia de la plaga de la bro ca del café.
Particular atención requiere el cacao. San Martín es su principal productor en todo el país, al concentrar casi el 40% de la producción, seguido por Ucayali (11.4%) y Junín (10.9%). En el 2023, se registró un incremento récord en exportaciones de este producto (valorizadas en US$91,4 millones), siendo sus principales destinos los países de la Unión Europea (46%), Malasia (27%), e Indonesia (18%).
Justamente, Tocache y Mariscal Cáceres –provincias de la región que también se han visto fuertemente afectadas por los incendios forestales– son las principales productoras de cacao. Ambas producen, en conjunto, 31 mil toneladas.
“El sólido desempeño del sector tiene un impacto directo en las condiciones de vida de la población, ya que el dinamismo de nuestras agroexportaciones se traduce en más puestos de trabajo y mayores ingresos para los trabajadores. El sector agroexportador es intensivo en mano de obra, especialmente durante los meses de cosecha, que varían según cada cultivo. En todo el país, 1.7 millones de trabajadores están empleados en el sector agroindustrial de exportación, equivalente al 42.3% de todos los trabajadores en actividades de exportación”, dijo el especialista.
Frente a esta problemática, el economista de REDES resaltó que la gestión del agua en el contexto del cambio climático es una tarea vital para asegurar la sostenibilidad y el bienestar de toda la población sanmartinense. Por ello, indicó, se requiere realizar una articulación multisectorial con urgencia, ya que actualmente se observa una débil planificación a nivel nacional. “Además, hay una carencia de sistemas de información articulados que vinculen los diagnósticos del sector”, subrayó.
Incendios forestales: daños en el largo plazo
Según el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción de Riesgos de Desastres (CENEPRED), 539 mil 832 hectáreas de cultivos se encuentran en riesgo de incendios forestales en la región San Martín. Esta cifra equivale al 67% del total de superficie agrícola de la región.
“Al ser la región altamente vulnerable a los incendios forestales, es indispensable que las entidades correspondientes –el Instituto Nacional de Defensa Civil, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, entre otros– trabajen de manera coordinada y eficiente para prevenir los desastres. La recolección de datos es el primer paso para la formulación de planes de prevención y respuesta, pero en el Perú el monitoreo está limitado a terremotos e inundaciones. Con el cambio de las condiciones climáticas, tenemos que adaptar nuestras estrategias”, sostuvo Saito.
Recordemos que San Martín tiene un historial creciente de incendios, y ha registrado –en lo que va del año–, 459 alertas de estas emergencias. Entre agosto y septiembre, específicamente, se han registrado decenas de alertas de incendios forestales en la región, especialmente en la provincia de Tocache, Huallaga y Mariscal Cáceres.
Según el Informe Técnico de Situación de Emergencia del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional, de mayo al 18 de septiembre se han perdido 270 hectáreas de cultivo en San Martín producto de incendios forestales. En la provincia de Mariscal Cáceres, distrito de Juanjui, se han perdido 150 hectáreas, mientras que, en el distrito de Pachiza el fuego ha arrasado con 50. En Sacanche, Huallaga, alrededor de 70 hectáreas de naranjo, plátano y cacao se han perdido por los incendios.
“Las pérdidas económicas a causa de los incendios no se reducen a las hectáreas de cultivos que, lamentablemente, han sido consumidas por el fuego. También debemos considerar la afectación a la cadena productiva, la pérdida de empleos y la degradación del suelo. Esto último es sumamente importante porque, incluso después de controlados los incendios, el suelo demora años en retornar a su productividad óptima, y los agricultores ven sus ventas afectadas”, explicó Saito.