Un empresario identificado como Marcos Santiago Yana Huilca llegó hasta la ciudad de Tarapoto, procedente de Madre de Dios, con el objetivo de cobrar una deuda pendiente por parte de la empresa Horus, de origen sanmartinense. Según indicó, la deuda corresponde a la venta de materiales de construcción que entregó hace varios meses, pero hasta la fecha no ha recibido ningún pago.
Yana Huilca permanece todos los días en el frontis de la oficina de la empresa, ubicada en la cuadra 1 del jirón Manuel Arévalo Orbe, con un cartel en mano, exigiendo una respuesta. A pesar de que en el interior de la oficina se observa a personas trabajando, nadie lo atiende. En algunas ocasiones le han dicho que lo recibirán «en cualquier momento», pero eso nunca se concreta.
Esta es la séptima vez que el empresario viaja desde Madre de Dios a Tarapoto en busca de una solución. Asegura que esta situación lo está llevando a la quiebra, ya que su empresa no ha podido recuperarse económicamente. Ante esta crisis, ha solicitado un crédito bancario e incluso ha tenido que hipotecar su vivienda.
En anteriores oportunidades, los representantes de Horus reconocieron el pasaje y la estadía del empresario como parte del compromiso de pago. Sin embargo, en esta última visita, ya no le responden llamadas ni abren la puerta, pese a sus constantes intentos de comunicación.
Un equipo de prensa de este medio llegó hasta el lugar para recoger la versión del empresario, quien permanece todo el día bajo el intenso sol mostrando su cartel de protesta. Se intentó contactar con los representantes de la empresa Horus, pero a pesar de tocar la puerta reiteradamente, no se obtuvo respuesta, tal como lo podemos demostrar con un material fílmico.
Según Marcos Santiago Yana Huilca, desde el interior lo observan a través de una cámara de videovigilancia, pero optan por no salir ni responder. El empresario espera que, con la exposición de su caso a través de los medios, pueda finalmente obtener una respuesta concreta y recuperar el dinero que, afirma, legítimamente le corresponde. Por: Hugo Anteparra