
En torno al problema del Hospital de Moyobamba se ha podido diferenciar tres actores: el GORESAM/PEAM, el FEDEIMAN y la Contratista; cada quien con sus roles.
Analizando los roles de cada uno de los actores tenemos: El FEDEIMAN, asumió su papel de presión, vía la movilización social; la ventaja de esta organización es su legitimidad ante la población. Esta se movilizó, no a favor del GORESAM, tampoco a favor del Consorcio, lo hizo en defensa de la salud pública, lo hizo exigiendo solución a un problema, que en este caso se circunscribía al reinicio de una anhelada obra, a la población no le importó de qué color sea el gato, le importó que case ratones, le interesó el reinició de la obra.
Por su parte el GORESAM a través de sus funcionarios demostraron poca seriedad y orfandad técnica para afrontar el problema, primero resolviendo un contrato en las postrimerías de la gestión Villanueva/Ocampo argumentando “incumplimiento reiterado del avance de obra desde el mes de abril del 2014, y por falta de capacidad técnica y económica que venía demostrando la contratista”; luego con la gestión Noriega se apostó por acudir a la vía judicial en Acción de Amparo, pese a que en el mismo contrato se había establecido como única vía para resolver controversias, la vía arbitral, haber ido a la vía judicial lo coloca en el terreno de la orfandad de equipos técnicos especializados en la gestión regional y de asesores que dejan mucho que desear, a no ser que el Gobernador Regional no se deje asesorar, que también puede ser.
Respecto al rol desempeñado por la Contratista se tiene que ha movido todo su aparato jurídico para defender sus intereses, lo que no extraña.
El principal resultado tras la paralización, es el reinicio la obra, logro que le corresponde a la población, sin embargo el GORESAM buscó apoderarse de este logro, que reiteramos, no es suyo, lo que nos da a entender una forma astuta de esconder su incapacidad y apoderarse de logros ajenos, festejando a los cuatro vientos los resultados, emitiendo incluso un pronunciamiento en el que se apoderaban de la victoria, y lo hacían además invisibilizando el rol del FEDEIMAN, lo que constituye falta de respeto y de hidalguía de reconocer éxitos ajenos.
Se espera que el Gobernador Regional entienda, primero, que la movilización del pueblo de Moyobamba no constituye respaldo a la gestión regional, tampoco a la contratista, lo que ha expresado la población es su deseo de reiniciar la obra, sí o sí; además se espera que Noriega entienda que necesita potenciar sus equipos técnicos, que no basta los amigos para gobernar, o las benevolencias para convocar asesores/as con escasa experiencia y sin credenciales académicas. Señor Noriega la forma como se ha abordado este tema, nos invita a sugerirle que necita impregnarle seriedad y profesionalismo a su gestión, necesita usted abrirse paso rumbo a un norte definido y previsible para nuestra región.



