Por Willian Gallegos Arévalo
Todos los pueblos tienen su propia historia. Tal vez la verdadera historia, en su profunda intimidad, lo dé el fútbol porque es más limpia, más honesta y la pasión que nos embarga se parece al verdadero amor. Este hermoso sentimiento nunca lo encontraremos en la política que, en los últimos tiempos, se ha visto invadido por individuos, quizás con buenas intenciones, pero que terminan sucumbiendo a la sensualidad del poder. Diego Armando Maradona diría: “La pelota no se mancha”, y el resto es historia.
Quiero expresarle mi gratitud y rendirle un homenaje a José Palermo Delgado Fernández, el hijo mayor de José Delgado Ramírez (Iquitos) y de Sofia Fernández Muñoz (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia) por la valiosa información sobre parte de la historia tarapotina. Palermo era back centro y gran cabeceador y su calidad futbolística también lo paseó en canchas loretanas y en el famoso Colegio Nacional de Iquitos, pero el equipo de sus amores sería siempre el “Unión Católica”, que era el equipo de futbol de la alta sociedad tarapotina. Palermo, conocido como “Negro fino”, alternaría su actividad futbolística con su profesión de maestro de escuela primaria.
José Palermo Delgado Fernández y todos sus hermanos nacieron en Lamas. Llegó a Tarapoto en 1958 contratado “gratén nomás”, dice, por el “Unión Católica”, que, según como lo cuenta, se formó con el nombre de “Club Deportivo Clipper”. Sería contratado como basquetbolista y alternaría con: Ghunter “Calidad” Arévalo Pinedo, Nelson “San Filippo” Santa María Ruíz, Luis “Luizao” Yalta Hidalgo, Jorge Bartra
Benavides, Luis Samillán, Manuel Perea Flores y que, según escribió, “era un equipo fantástico, invencible”. Y para esos años Tarapoto todavía estaba en los albores de lo que sería una era fantástica a partir de los años sesenta del siglo pasado. La globalización no se produce como lo interpreta el filósofo canadiense Marshall McLuhan, sino cuando en 1961 en Tarapoto se inaugura el actual aeropuerto, dejando el antiguo campo de aterrizaje de Partido Alto y sale al aire Radio Tropical.
La crónica de José Palermo Delgado Fernández es realmente una joya, que lo combina maravillosamente con el humor y la picardía. Me gustaría obsequiarle a la Municipalidad Provincial de Tarapoto, pero en los actuales momentos no debo correr riesgos, pues la cultura es cosa seria; además, “precaria” la administración de la comuna, como señala en un portal Pilar Saavedra. No son épocas de lucidez ni generosidad para reconocer la creatividad y la inteligencia, pero tenemos esperanzas que alguna vez llegarán buenos tiempos y salgamos del ´otoño medieval” que nos abruma e intoxica.
“El Unión Católica –dice nuestro cronista—era el único en aquellos tiempos que tenía, a exclusividad, un campo de entrenamiento y estaba ubicado donde años más tarde construyeron el Hotel de Turistas”. Es verdad, porque en ese campo realizábamos nuestras prácticas de Educación Física cuando nuestros profesores eran Augusto Vásquez Gómez y Marcelino “Coraje” Ramírez Ramírez. Yo vi jugar a esos titanes de la Unión Católica, y ¡eran unos capos, realmente! (Comunicando Bosque y Cultura).