🌤️ 28.9 °CTarapotoviernes, noviembre 7, 2025
1 PEN = 0.296 USD|1 USD = 3.374 PEN

La Aventura Divina del “Existir”

El gran asombro que me impactó hace unos años, y que ha permanecido como una preciosa lámpara para la percepción de la realidad, es cuando leí un pensamiento revelador que comparto a continuación:

“LA CONSERVACIÓN DEL SI ES UNA FORMA PATOLÓGICA DE LA VIDA, según Kurt Goldstein, quien dice que la observación de los enfermos muestra que la simple conservación es un signo de vida anormal, de vida en decadencia.” (Serge Raynaud de la Ferrière, Los Propósitos Psicológicos,1956)

Me llamó particularmente la atención puesto que en general pensamos y sentimos que el esfuerzo de conservar la vida es el valor supremo de la humanidad y que, por ello, orienta obsesivamente todas sus energías a la consecución de este “valor” creándose “espacios protegidos” o “refugios” denominados: “trabajo estable”, “casa propia”, “seguros” de vida, salud, procrearse con “la mejor pareja”, etc.

Todo ello, para la investigación científica transmitida por Kurt Goldstein (en su obra magna “La Estructura del Organismo”), es más bien un signo de enfermedad y vida en decadencia. Esto llega a niveles absurdos cuando vemos personas que, en su “angustia” por la seguridad, tienen literalmente diez y hasta ochenta casas (conozco personalmente algunos casos) o también los famosos “preppers” (preparacionistas) ansiosos por construirse “búnkeres”, ante posibles catástrofes…curiosamente estos casos son ciudadanos que casi siempre fallecen poco después de haber acumulado todos esos “seguros” de subsistencia (!) en fin, se trata frecuentemente de almas donde los traumas por carencias de la niñez y el miedo, han dejado raíces profundas, patológicas, volviéndolos acumuladores o simplemente pasivos que “vegetan” repitiendo las rutinas diarias en su “zona de confort” (centro laboral, casa, universidad, barrio, etc.).

Esto lo desarrolla bien Agustín Ostachuk (2015) quien explica que para Kurt Goldstein esa conservación extrema o rígida es signo de una vida anormal o enferma. En contraste, LA VIDA SANA PARA GOLDSTEIN NO ES SOLO CONSERVARSE, SINO AVANZAR HACIA LA AUTORREALIZACIÓN (en alemán: “Selbstverwirklichung”), que implica un desarrollo y progreso continuos en la persona. EL ORGANISMO SANO NO SE LIMITA A MANTENERSE CON VIDA, SINO QUE BUSCA DESARROLLARSE INTEGRALMENTE, DESCUBRIR Y REALIZAR SU ESENCIA (“Wesen”). En suma, la conservación simple del SI es para él una manifestación de vida patológica o enferma, mientras que la vida plena implica la auto-realización y crecimiento. La salud se mide más por su forma de relacionarse y adaptarse con el ambiente que solo por contenidos estáticos. La mera conservación (“Preservación”: “Erhaltung”) se ve como un modo anómalo de vivir, típico de la enfermedad, donde se prioriza la supervivencia sobre el desarrollo personal.

El Premio Nobel Dr. Alexis Carrel lo expresa en forma brutal:

“Todos pueden aventurarse por el sendero que, a través de las nubes, conduce a la luz de las cimas. Es igualmente posible a todos, en lugar de obedecer a la idea directriz de la evolución individual, vivir para la sola satisfacción de sus necesidades fisiológicas, como nuestros primos los orangutanes, los chimpancés y los gorilas. La mayor parte de los civilizados están todavía tan cerca de la animalidad que buscan exclusivamente los valores materiales. Por eso su existencia es mucho más baja que la de los animales. Porque sólo los valores espirituales pueden aportarnos la luz y la alegría.”

“Pero muchos individuos normales y hasta eminentes por la inteligencia consideran como hábil o meritorio obedecer a la tendencia natural de la vida que les place. Unos se esfuerzan solamente en conservar su vida, constituyen la escoria de la humanidad. Otros conservan y propagan la vida. Siguen siendo ellos mismos sub-hombres o mujeres.”

 A todo ello, los Colegios de Iniciación Mayor, Facultades de Altos Estudios y Psicología Universal de la Magna Fraternitas Universalis (@magnafraternitasuniversalis) como vehículo público de la Gran Tradición Iniciática, ofrecen la VÍA segura con la superioridad del método, para esta REALIZACIÓN de nuestro ser a través de la JÑANA (Saber, Conciencia de Vida, de Luz, Movimiento y Creación). En ese sentido, aclara su Rector Dr. David Juan Ferriz Olivares:

“Si en la nueva Era nos priváramos totalmente de todo lo que conlleva la Jñàna, podría ocurrir que tengamos la impresión de no haber vivido plenamente, o de haber confiado o esperado pasivamente en que el mañana nos hubiera deparado las experiencias correctivas que habríamos necesitado, y de ese modo, siempre en equilibrio inestable entre lo que fuimos y lo que queríamos llegar a ser, habríamos seguido un camino incierto hasta que en los días póstumos nos sorprendiera la enfermedad y la muerte.”

“DE SIMPLES ESPECTADORES, LA PLENITUD DE ESTADOS EXISTENCIALES DEL SABER DE LA JÑÀNA, NOS PROPORCIONAN UNA CONSCIENCIA DE VERDADERA PLENITUD.”

O, como también lo expresa el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:

“Existir, es el principio eternal, es SER verdaderamente (…) Vivir es la personalidad efímera que se impone; Existir es realizar su individualidad. Vivir es manifestarse por un mecanismo sin ideal; Existir es sublimar el “Yo” interno. VIVIR ES EXPRESAR SU PLANO ANIMAL; EXISTIR ES PONER EN ACCIÓN SU ESENCIA DIVINA.”

“No insisto más sobre la calidad de existencia (del latín EXsistere), es decir, fuera del ser manifestado y físico. El existir comienza cuando la vida termina. No entiendo terminar debido a la muerte (desintegración del organismo), pues se puede existir en esta vida material en tanto que se cesa de vivir simplemente (mejor dicho, de vegetar) y se comienza a realizar la existencia eternal (hay que nacer de nuevo).”

Comparte esta publicación:

Facebook
X
LinkedIn
WhatsApp