Arte, naturaleza, vida… un llamado urgente a detenerse, sentir y reflexionar.
Fotos y texto: Beto Cabrera M
El mural que hoy transforma la fachada del Diario VOCES se hizo posible gracias al apoyo de la Dirección Desconcentrada de Cultura de San Martín, institución que promueve y respalda permanentemente el arte y la cultura en la región. Su compromiso permitió que esta obra —cargada de mensaje, sensibilidad y urgencia— cobre vida en pleno corazón de Tarapoto.
La fachada del Diario VOCES amaneció distinta. No solo luce colores: respira una voz. Esa voz nace del trazo, de la indignación y de la sensibilidad del artista amazónico Miguel Correa, uno de los pioneros del muralismo con sentido ecológico en la región. Su obra, la primera de un llamado directo a la reflexión desde este medio, ha comenzado a mover fibras y a generar conversaciones que hacía tiempo estaban dormidas.
El artista confiesa que este mural nació “de la impotencia, de la tristeza” que sintió durante los incendios que devastaron la región San Martín y gran parte de la Amazonía, provocados por el estrés hídrico, la sequía y la presión humana sobre el bosque. Ese sentimiento lo llevó a crear un boceto que representara “la voz que no se escucha, la voz de la fauna y la flora que sufren en primera fila”.
Correa reconoce que vivimos una época en la que el ser humano depreda, arrincona ecosistemas y normaliza la crisis: reservas naturales invadidas, deforestación creciente, líderes indígenas asesinados. Un escenario que exige nuevas narrativas. Y para él, el arte —que muchas veces se ha quedado en lo estético— debe recuperar su esencia: mostrar, denunciar y conmover.

“El arte mural ha perdido su verdadera naturaleza”, reflexiona. “Estamos pintando cosas bonitas, repetitivas, sin propósito”.
Por eso, este mural en VOCES marca para él un punto de quiebre, una autocrítica y un desafío: dejar de pintar únicamente lo bello para abrazar lo necesario. Porque el mural, dice, “no le pertenece solo al artista, sino a la gente que lo mira”.
En tiempos de inmediatez —videos de diez segundos, pantallas que lo devoran todo— la obra busca lo contrario: detener, crear un instante de pausa para que el transeúnte piense en lo que creemos eterno: los cerros, los ríos, los árboles. “A veces la indiferencia es cómplice”, lamenta. “Creemos que los bosques estarán siempre ahí… y no es así”.
La ubicación del mural en la fachada del Diario VOCES no es casual. Es un medio con más de 20 años de compromiso ambiental y una defensa constante de la vida. Hoy, ese compromiso se plasma también en arte: un recordatorio para quienes miran y para quienes prefieren no mirar.
El mensaje es claro: dar voz a quienes no la tienen. A las comunidades nativas desplazadas, a la fauna y flora que agoniza en silencio, a la tierra que clama por cuidado. Porque vivir sin reflexionar sobre lo que perdemos es jugar un partido ya derrotado.

Para Correa, el arte es una fuerza capaz de despertar valores, construir respeto y activar conciencias. Una herramienta que impulsa a cuestionar y buscar soluciones ante la crisis ambiental que avanza aceleradamente. “Si seguimos así”, advierte, “nos quedaremos sin bosque, sin lluvia, sin agua, sin un futuro para nuestros hijos”.
La crónica termina donde empieza el mural: con gratitud. Gratitud hacia el arte como resistencia, hacia Miguel Correa, y hacia la Dirección Desconcentrada de Cultura de San Martín, que hace posible que estos mensajes tomen forma en el espacio público.
Que su mensaje trascienda Tarapoto, San Martín y toda la Amazonía.
Que sea, como dice el artista, un llamado de atención antes de que el silencio lo cubra todo.



