Por: Wilson Pérez Iglesias.
Como nos dijo alguna vez un viejo profesor, los muertos ya no equivocarán y, sí en decurso de su vida, sus actos han tenido relevancia o han contribuido al desarrollo social de un pueblo, su recuerdo ya no se mancillará y perdurará como referente a las generaciones emergentes.
Ha muerto don Manuel Meléndez Rondona, un personaje que ha marcado huella en la historia de Juanjui en la segunda mitad del pasado siglo y que, injusticia recurrente, pocos conocen. Señalo primero, que lo recuerdo como mi maestro de aula en el cuarto año de primaria en el ya lejano año de 1955, en la escuela No. 11811 que funcionaba en tres rústicas edificaciones donde ahora es la residencia de las monjas religiosas en Juanjui. No tengo referencia exacta de cuándo llegó a esta ciudad desde su natal Rioja. En esos años, en Juanjui se bebía la gaseosa “La Perlita” elaborada por otro riojano don Mariano Santillán Peláez, cuando de repente apareció la gaseosa Kébir como competencia, producto del impulso emprendedor de don Manuel Meléndez en sociedad con el señor Froilán Ruiz. Quizá algunos recordarán en nombre de la empresa: Melenrú.
Años después y siendo ya un empresario de reconocida solvencia e importancia, se involucró en solventar la participación del club “Cultural Juanjui” cuando éste logró su clasificación a la final de Copa Perú en la histórica jornada de 1972. Desde la revistar “Despertar” que, por designación, me correspondió ser su director, nos enfrascamos en cuestionamientos y discrepancias públicas que se reflejaron en diversas cartas aclaratorias que aún conservo, donde se cuestionaba la rendición financiera de esa participación. Nuestra nobel generación, imbuida por el altruismo propio de la juventud, se aferraba a la idea del financiamiento sin recuperación y, tal vez, sin alguna ganancia. No entendíamos que desde ya, el fútbol, aparte de espectáculo y deporte, se convertía en un negocio con todos los riesgos de onerosas pérdidas o magros beneficios. Sin embargo, en medio de la dureza de la confrontación, jamás perdimos los papeles ni el respeto mutuo que nos debíamos. Después de décadas, ahora entiendo mejor lo que ocurrió en aquel momento.
Ya en los ochenta, participé con él en apoyo al alcalde de entonces don Eliseo Alván Flores en la gestión para hacer posible el proyecto del nuevo aeropuerto de Juanjui. En un decisivo viaje a Lima en 1986, sufragó con su dinero una cena ofrecida al equipo técnico de la dirección de transporte aéreo del MTC, para tener un espacio más distendido en donde se pueda hacer entender la importancia de aquel proyecto. La cena se realizó, pese al toque de queda que sufría Lima a partir de las 11 de la noche a causa de la violencia subversiva. Ese hecho fue parte de un largo proceso de gestión para lograr lo que ahora tenemos.
Por esos años, cuando la televisión empezó a trasmitirse desde Tarapoto a través de un sistema que tenía como receptor una antena ubicada en una torre en las alturas del sector Cangrejo, era necesario conseguir e instalar otra en la ciudad. De nuevo con su dinero sufragó el costo del transporte en un camión desde Lima a Juanjui de la torre que se armó en el terreno municipal de la cuarta cuadra del jirón Progreso. Que se sepa, nadie le devolvió aquel gasto.
También en los años ochenta organizó y dirigió la Asociación de la Banca la Industria y el Comercio de Juanjui (ABIC), que más tarde se convirtió en la Cámara de Comercio que también la presidió y pervive hasta hoy. Desde la ABIC propició la restauración de la fiesta patronal Virgen de las Mercedes que casi había pasado al olvido. Participación importante tuvo en ese proceso la señora Teresa Salinas de Rengifo y otros personajes más.
En 1992 formé parte con él y la Arq. Gladys Donayre, de una comisión oficial que viajó a Trujillo por acuerdo multisectorial, para tratar con las autoridades liberteñas el proyecto de la entonces ansiada carretera Salaverry – Juanjui. Luego de recibir la información de lo avanzado, se hizo necesario viajar a Lima para gestionar ante el gobierno central los estudios del tramo Abra Naranjillo – Santa Inés. Como nuestros pasajes sólo eran para Trujillo, el pagó de su peculio los pasajes nuestros para viajar a la capital. Nunca cobró ese gasto.
En 1996, desde la presidencia de la Cámara de Comercio propició la idea de traer agua del río Abiseo para nuestra ciudad. Se hicieron levantamientos topográficos y otros estudios que más tarde se quemaron en el CTAR Moyobamba. La propuesta sigue vigente sin materializarse, por la miopía de la clase política, que no ve los beneficios de un gran proyecto como una gran solución para un sinnúmero de pueblos.
Debe haber mucho más que referir de la vida y obra de Manuel Meléndez. En los últimos años solíamos conversar esporádicamente pero siempre, aparte de los asuntos particulares, no se podía dejar de tocar los temas que tenían que ver con el desarrollo de Juanjui y Mariscal Cáceres. Él que se había preciado de no haber tenido enfermedades, confesó a un familiar que le “dolía la vejez”. Y de los tantos consejos recuerdo aquello que me dijo cuándo le manifesté que no había tenido tiempo para algo. No, me señaló; es falso aquello de no tener tiempo, el tiempo lo hacemos nosotros. O cuando me dijo: La política no es buen amigo de los negocios; escoge lo que más te importe.
Y Termino recordando aquel mayo de 1979 durante la toma del avión Foker 27 de Aeroperú cuando se luchaba junto al campesinado por el mejor precio del maíz que compraba ENCI. A pecho descubierto y desafiando el poder de los fusiles, se enfrentó a los sinchis de la policía que intentaban disolver con sus armas a la multitud que tomó el aeropuerto. No se atrevieron a dispararlo. Ojalá la historia pueda escribirse en toda su magnitud.
Hasta siempre maestro y amigo. La historia, sí el olvido no cubre con su manto los hechos vividos, te recordará por lo que hiciste.
A la esposa, hijos, nietos y demás familiares del que en vida fue el señor Manuel Jesús Meléndez Rondona, hacemos llegar nuestro profundo pesar y sentidas condolencias, por la desaparición física de tan ilustre e importante personaje en Juanjui. Los hacemos quienes fuimos sus alumnos o fuimos parte de ese colectivo (Moisés Vásquez Ruiz, Aleardo Ferrando Ruiz, Alberto Ruiz Tuesta, Lindenber Del Águila López, Wilson Pérez Iglesias, Otman Barrera Chávez, Roger Vásquez del Águila, Cronwell Salinas Vásquez……) que luchó por los derechos de nuestra provincia y nuestra gente, en momentos decisivos que marcaron, por encima de posturas partidarias o de fe, la etapa heroica de los setenta y ochenta en nuestra sociedad.
