Moyobamba: Entre la sequía y la esperanza de un agua limpia y constante

Ciudadanos y autoridades impulsan la fiscalización de la obra de Juninguillo mientras la ciudad enfrenta una de sus peores crisis hídricas.

La capital de la provincia de Moyobamba, conocida durante décadas como “la ciudad de las orquídeas y del agua abundante”, atraviesa hoy una de las peores crisis hídricas de su historia. Las sequías prolongadas, la deforestación de las microcuencas, la expansión urbana sin planificación y la débil infraestructura de saneamiento han puesto en jaque el suministro de agua potable. En medio de esta realidad, la población y las instituciones locales apuestan por recuperar la confianza y garantizar la culminación de la obra de agua potable de Juninguillo, considerada clave para superar la emergencia.

Con ese propósito, se instaló el Comité Técnico de Fiscalización, una instancia ciudadana y técnica encargada de vigilar los avances del proyecto. El comité está integrado por representantes del Frente de Desarrollo Integral de Moyobamba y el Alto Mayo (FEDEIMAM), el Colegio de Ingenieros, la Municipalidad Provincial de Moyobamba, la Cámara de Comercio, las Rondas Campesinas, la Asociación de Profesionales de Moyobamba (ASIPROMO), los barrios Luyllucucha y Los Jardines, y el Colegio de Abogados. Su labor consiste en realizar visitas técnicas mensuales y emitir reportes públicos que garanticen transparencia y control ciudadano.

Wheeler Cruz

La decisión de conformar este comité fue adoptada en una reunión entre el Proyecto Especial Alto Mayo (PEAM), la empresa contratista Consorcio Selva Perú, la entidad supervisora y representantes de la sociedad civil. En el encuentro se acordó mantener vigente el contratofortalecer la supervisión técnica y acelerar los trabajos en los componentes críticos: captación, planta de tratamiento, sedimentador, líneas de conducción y aducción, y el pase aéreo N.° 02.

Hemos encontrado las salidas y el punto de equilibrio para proseguir adelante con esta obra junto al PEAM. Hay un compromiso con la entidad, y el nuestro es culminar la obra para que los moyobambinos tengan el agua potable que tanto esperan”, afirmó Vladimir Sánchez La Torre, representante del Consorcio Selva Perú.

El ingeniero precisó que la resolución del contrato “nunca estuvo en agenda”, ya que habría sido perjudicial para la población, y anunció que los pagos pendientes de agosto serían regularizados. También informó que se reforzará el equipo técnico en campo. Según explicó, la planta de tratamiento y la captación debieron ejecutarse el año pasado, pero los cambios en el expediente técnico retrasaron el cronograma. Recién el 27 de junio se aprobó la ejecución de la planta y el 29 de septiembre la autorización del pase aéreo de tuberías.

Estas acciones forman parte del esfuerzo del Gobierno Regional de San Martín, a través del PEAM, para garantizar la culminación de una obra estratégica que beneficiará a miles de familias moyobambinas.

Una ciudad que se seca

Los moyobambinos nos sentíamos privilegiados porque teníamos agua las 24 horas. Ahora solo la recibimos cuatro veces al día: dos en la mañana y dos en la noche”, relata Wheeler Cruz, integrante del colectivo Moyobamba 500 años. “Hoy hay cisternas que reparten agua a barrios enteros. Antes las áreas verdes retenían el agua de las lluvias, pero al deforestarse, perdimos ese soporte hídrico. Ahora vivimos las consecuencias”.

El testimonio de Cruz refleja el sentir de miles de familias que han visto reducirse drásticamente su acceso al agua potable. Las sequías son cada vez más prolongadas y las fuentes naturales —como las quebradas que alimentan el sistema de captación— se debilitan año tras año.

Crecimiento urbano desordenado

El auge inmobiliario de la última década ha extendido la ciudad hacia zonas sin planificación ni servicios básicos. Inmobiliarias ofrecen terrenos sin consultar con la Autoridad Nacional del Agua (ANA) ni con la municipalidad, lo que ha derivado en extracciones informales de agua subterránea, perforaciones ilegales y vertimiento de aguas residuales a cielo abierto.

Muchos lotes se venden sin redes de agua ni alcantarillado, y los propios pobladores deben improvisar pozos o tanques. Eso genera focos infecciosos y agrava la contaminación”, advirtió un técnico del operador local de agua y saneamiento.

Deforestación y cambio climático: la tormenta perfecta

La crisis hídrica de Moyobamba responde a una combinación de factores estructurales:

  • Deforestación: la tala y expansión agrícola han devastado las microcuencas.
  • Cambio climático: las lluvias son más irregulares y los periodos secos se alargan.
  • Infraestructura insuficiente: los sistemas de tratamiento y distribución son antiguos y limitados.

El resultado es un servicio restringido, racionado e ineficiente. A ello se suma que el Plan de Desarrollo Urbano de Moyobamba lleva más de una década sin actualizarse, pese a los cambios demográficos y ambientales.

Fiscalización y esperanza

Frente a este panorama, la creación del Comité Técnico de Fiscalización representa una luz de esperanza. Su labor conjunta con el PEAM, la contratista y la supervisión técnica busca garantizar la continuidad de la obra de Juninguillo y, al mismo tiempo, fortalecer la cultura de participación ciudadana y vigilancia pública.

No se trata solo de construir una planta, sino de recuperar la confianza en la gestión del agua. Es una tarea colectiva que requiere compromiso, transparencia y responsabilidad”, señaló un representante del Colegio de Ingenieros de Moyobamba.

La población espera que este modelo de control ciudadano se replique en otros proyectos de saneamiento que permanecen estancados. En una ciudad donde el agua escasea y el clima se vuelve cada vez más impredeciblegarantizar el acceso sostenible al agua potable ya no es solo un desafío técnico: es una cuestión de supervivencia y dignidad.

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