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Necesidad de consumir

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¿Por qué una persona podría optar por vivir en la adicción? El fenómeno de la dependencia a drogas implica hasta hoy grandes esfuerzos de diferentes disciplinas para explicar sus causas y en función de estas plantear tratamientos. Se ha demostrado que el desarrollar una adicción depende de una combinación de factores genéticos y contextuales siendo estos últimos los más destacados. Así son posibles causas; el abuso físico, psicológico o sexual durante la infancia. También son muy influyentes las familias en donde no se percibe un adecuado rol de los miembros, es decir donde uno de los padres asume muchas veces un rol de “compinche” con el hijo y no tiene un dialogo adulto con la pareja. Es muy frecuente también que los padres de hijos que luego desarrollan una adicción, tengan dificultades para entablar lazos comunicativos sanos y disciplina efectiva. En el primer caso los padres no están implicados en el desarrollo del niño que aunque satisfecho en sus necesidades básicas no recibe un acompañamiento afectivo. En el segundo no existen normas claras y negociadas en la casa, y las formas de hacerlas respetar o es mediante el uso de violencia física y psicológica o simplemente no se respetan.

Más adelante en la infancia o adolescencia aparecen otras variables que podrían generar el inicio de un proceso adictivo. En estas épocas de la vida la interacción con otros de la misma edad con las normas adecuadas puede generar increíbles satisfacciones. Sin embargo aparecen circunstancias como el acoso escolar, consistente en la violencia física o psicológica entre compañeros de clase o incluso del docente a un alumno. Sufrir de ese tipo de acoso genera profundas heridas en la psicología de los individuos las que probablemente influyen en el futuro inicio de consumo de drogas. En la adolescencia también la necesidad de sentirse aceptado, la creciente curiosidad por experimentar algo nuevo, y la fuerte necesidad de encontrar recursos para afrontar un momento de la vida complejo e inestable, lleva a los jóvenes a encontrarse con el consumo de drogas. Si en este momento no se han desarrollado adecuados recursos en temas como habilidades sociales, auto concepto, gestión del tiempo libre y un bosquejo de proyecto de vida, es muy probable que se genere una conducta de consumo adictivo.

En la adultez del individuo que padece una adicción pueden existir algunas de las variables antes señaladas y, factores estresantes cómo el estrés excesivo en el trabajo, dificultades en la vida de pareja, el duelo por la muerte de un ser querido pueden desencadenar el consumo de sustancias. Así el consumo de drogas responde a una búsqueda a veces desesperada, de entender situaciones complejas de la vida, si esta búsqueda se acompaña de carencias afectivas profundas, entonces es más probable que se genere un vínculo de dependencia.

Sobre esto también es importante reflexionar acerca de nuestra situación social respecto del consumo en general. Consumir es la etapa final del proceso económico y consiste básicamente en el hecho de utilizar productos y servicios para satisfacer necesidades primarias y secundarias. En el mundo de las drogas funciona exactamente igual- existe una cadena económica que extrae las materias primas básicas para su producción y termina su recorrido en un consumidor que puede o no sufrir de una adicción. Obviamente existen inversores, lobistas, trabajadores de manufactura, vendedores y sistemas de seguridad. En este negocio cómo en todos es importante tener clientes fieles y constantes. Visto de esa manera comprarse un televisor sigue la misma estructura que comprarse un “porro” de marihuana.

Aunque no nos parezca, como sociedad y por tal me refiero a la sociedad global, compartimos un fuerte estado permanente de adicción en la cual buscamos satisfacer todas nuestras necesidades a través de la compra de objetos o servicios. Lo curioso es que esto no siempre fue así. No siempre los niños han necesitado los juegos de video para entretenerse, ni hemos necesitado de comer excesivamente para mitigar nuestra ansiedad, o comprarnos ropa de marcas exclusivas para mejorar nuestra autoestima o tener automóviles para darnos un estatus o pagar un plan de datos para sentirnos más conectados, “más sociales”.

En las sociedades ancestrales el desarrollo de un sistema de creencias y su aplicación a rituales, generaban espacios en los que individuos podrían encontrar respuestas a sus diversas búsquedas. Fueron estas sociedades las primeras en acercarse a las plantas o técnicas que generaran estados alterados de conciencia, dándoles un lugar y una funcionalidad. Quizás en la actualidad la falta de estos espacios genera buscar satisfacciones en el consumo, en sus diversas modalidades.

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