Horas cruciales vive el país, los intereses políticos de todos los grupos y movimientos que representan a unos pocos, el poder económico disfrazado de de democracia nos está llevando a una confrontación que puede desembocar en cosas mayores; la gente humilde del campo y la ciudad acorralada en medio de discusiones banales, más de una vez desde VOCES hemos tratado de mantener equilibrio en esa línea muy frágil que nos da la libertad de prensa, en sentido y la práctica de libertad ejercida con responsabilidad y respeto con las instituciones del estado, respeto con el sector privado y respeto con el hombre y la mujer del campo y la ciudad.
En VOCES, creemos, apostamos y defenderemos la democracia, como espacio real y no de fachada.
“Existe una brecha entre el apoyo a la democracia como sistema de gobierno y la satisfacción con cómo ésta funciona en el Perú que se podría explicar porque la concepción que tienen los peruanos sobre la democracia no calza con la realidad cotidiana de nuestro país”
Luego de las últimas elecciones el Perú no volverá a ser el mismo, hemos cambiado, hemos mutado, nos hemos fragmentado. Tenemos en las calles a compatriotas marchando por sus derechos, exigiendo respeto, reclamando equidad en un país desigual.
Vemos a siniestros personajes filtrarse en la política, apoyando intereses mezquinos, usando el dinero para promover revueltas, acosando a las instituciones y atacando la libertad de prensa y expresión, al parecer la involución nos ha carcomido. Seguimos mirándonos el ombligo creyéndonos la historia de que somos el centro del universo, luego de eso solo queda la extinción.
“El nivel de satisfacción con la democracia en el Perú es de los más bajos de toda latinoamericana. Según la evidencia presentada, esta satisfacción puede estar relacionada con el pobre desempeño del Estado en el aseguramiento de los derechos y las oportunidades. El desempeño del propio Estado a través de sus políticas públicas” (Mainwaring 2009)
Serà mejor, ponerse el país al hombro y trabajar por nuestros hijos, por nuestro padres y abuelos, sea esta la oportunidad para organizar y liderar una oposición constructiva, lejos de intereses subalternos, impulsando proyectos en favor de los menos favorecidos: del norte, centro, sur, del oriente. Queremos ver a nuestros políticos de izquierda o derecha dialogar, dialogo que es lo nos hace falta para cimentar mejor nuestro destino como estado nación, enseñar con el ejemplo que todas las voces pueden ser escuchadas en el país de todas las sangres.
Llegó el momento de decir basta. Los graves acontecimientos que se han conocido en los últimos tiempos ameritan que se esclarezcan responsabilidades y que cualquier tipo de irregularidad cometida sea penada como corresponde. La justicia deberá actuar con independencia, responsabilidad y celeridad.
Pero, al mismo tiempo, lo que viene sucedido debe marcar el punto final de una política de odio y confrontación, que no ha hecho otra cosa que perjudicar al país. La clase política, tiene la obligación de dar respuestas a las muchas necesidades, demandas y aspiraciones de cada uno de los peruanos, y no enredarnos en peleas encarnizadas que terminan haciendo un enorme a la gente más humilde.
Este punto final es el punto de partida de una nueva etapa, de refundación institucional del país, en la que la democracia y el respeto por el prójimo sean banderas, dejando de lado los intereses y apetitos personales y priorizando el bienestar de todos.



