
La percepción de la población es que debajo de la delgada masa humana existe un mar de pudrición de tanta corrupción. Alguien parafraseó en algún momento que “bueno es culantro, pero no tanto”. Ya es tiempo que este comportamiento humano pare y cambie. Las personas tienen derecho a vivir en paz y en condiciones decorosas acorde con el medio natural. En algún momento deben inyectarse políticas claras sobre estos temas. La vida colmada de materialismo sacia y destruye el medio, dejando destruidos los recursos que las futuras generaciones podrían utilizar para vivir.
“En verdad, ya estamos cansados de tanta podredumbre en los comportamientos, sobre todo, de los servidores públicos”, agrega una señorita en el marco de una amena conversación; luego continúa: “El extremo del colmo es que existen servidores públicos encargados de administrar justicia, que organizan actos de robos, de estafas. Me molesta mucho, que los congresistas den leyes para que no haya re elección de presidente nacional, de presidentes regionales, de alcaldes, ¿y de ellos? La no re elección debe incluir a todos los cargos elegidos mediante votación. Y para variar un poco, los congresistas son los primeros en cometer actos bochornosos, todos relacionados al dinero, trasgrediendo las leyes que ellos mismos han generado. ¡No entiendo!”. Se prende el televisor y la noticia del día: “Presidenta del congreso tiene voto dirimente para suspensión por 120 días de congresista de su propia bancada”. Los televidentes mueven las cabezas de incredulidad y molestia. Continúa la señorita: “Por eso, la persona que postula a un cargo público, mejor si es por elecciones, debe reunir el perfil mínimo: Por ejemplo, para candidato a presidente nacional y congresista, tener grado de doctor. Para presidente (Gobernador) regional, grado de doctor o grado de magister. Para alcalde provincial grado de magister.
Para alcalde distrital un título profesional. Eso no quiere decir que los grados académicos garantizarían que ninguno cometiera corrupción, no, todavía podría existir corrupción, pero, en menor escala, porque con el trabajo oportuno de la contraloría, que ahora está de adorno, los graduandos pensarían dos veces antes de cometer actos corruptos; es más, la obtención de grados académicos no es fácil ni barato, entonces, la situación sería diferente. Porque pues, existen congresistas que hasta la fecha no han hablado ni una palabra; y otros legisladores solo se han dedicado a la acumulación de dinero personal, bajo todas las modalidades permisibles por la imaginación y los inmensos vacíos legales ¿Han sido elegidos por votación para realizar esa labor personal? ¿Alguno ha dicho en su campaña que se dedicaría a reunir dinero a montones todo el tiempo que se encuentra cumpliendo el encargo de legislar?
Lamentablemente la corrupción generalizada pareciera que ya estaría institucionalizada, porque es ejecutada por personas con función pública de todos los niveles. Existen equipos de funcionarios de gobiernos regionales y municipales de las gestiones anteriores, que fueron captados en masa, no como salvadores ni eficientes técnicos, sino como expertos artífices de la “ejecución” perfecta de la corrupción en su administración, “sin dejar huella”. Allí están los “genios” de los famosos “ADICIONALES” en las obras públicas. A esos grupos de “genios” no les alcanza la justicia, mucho menos la adormilada contraloría, aunque existan signos exteriores de riquezas en abundancia. Ahora miran a las personas que se desplazan por las calles por sobre los hombros. En sus memorias no están las imágenes de quienes antes eran sus “amigos”. Claro pues, “se dio barba a quienes carecieron de cachete”, porque simplemente no reunían los perfiles mínimos para el ejercicio del cargo público.



