No nos ha caído en gracia a la mayoría de los peruanos la posible designación de Rafael Rey Rey, actual miembro del directorio del Banco Central de Reserva como nuevo Contralor General de la República. Ante el rumor de la propuesta, Héctor Becerril se apresuró a declarar que su nombramiento sería un lujo para el Perú. ¿Alguien valoraría o tomaría en serio algún elogio o ponderación que venga de parte del inefable congresista?
El supuestamente propuesto Rafael Rey, hasta el momento que redacto estas líneas, no se ha pronunciado. Sabiendo –pues sus asesores ya deberían haberle informado—que jurídicamente está impedido de ser Contralor, tendría ya que haber salido a dar su opinión. ¿Crisis de valores? ¿Deshonestidad? Porque, también, no es honesto haber aceptado ser designado director del BCR aun habiendo declarado que de economía no sabía nada.
Sobre las noticias del caso Rafael Rey como probable Contralor, el congresista César Villanueva Arévalo, con la lucidez e inteligencia que le caracteriza, ha comentado que con Rey en la Contraloría iríamos “de Guatemala a Guatepeor”. Nada más real por cierto.
La prensa democrática ya se ha pronunciado sobre esa temeraria propuesta de querer tener a Rafael Rey en la Contraloría. Este individuo, dice la prensa nacional, carece de las idoneidades que se precisan para dirigir una institución que, como la Contraloría, debe ser dirigido por alguien que le dé prestigio, y el ex de Renovación está a millas de tener las cualidades que se requieren.
Quien dirija la Contraloría debe tener un prestigio ganado por su honestidad, su equilibrio emocional y mental, no tener odios políticos ni ser proclive a insultar a quienes disienten y discrepan de su posición política, saber manejarse y conducirse adecuadamente, no desacreditar las acusaciones que por sus actuaciones funcionales reciban, no haber criticado ferozmente ni suscrito informes lapidarios en contra de gobernantes corruptos siendo después parte de sus gobiernos o de sus propuestas; en suma, haber demostrado sindéresis en todos sus actos. No estoy diciendo que esas falencias tenga Rafael Rey, pero sería temerario decir que esas calificaciones no le correspondan. El nuevo Contralor tiene que ser un ciudadano intachable.
El Colegio de Contadores de Lima y Sociedades Auditoras han suscrito un comunicado, publicado en el diario La República, en donde manifiestan que el nuevo Contralor debe ser un Contador Público Colegiado, exponiendo sus razones. La función de Contralor ¿es un cargo de confianza o político? Si Rafael Rey, que no sabe nada de economía opina, revisa y decide en la política cambiaria y monetaria del país, ¿en qué estamos? Pero los anuncios que Walter Albán, Beatriz Boza y Beatriz Merino como candidatos a ocupar ese cargo son de verdad agradables.