Por Obstetra Carmen Lucila Ordoñez Aguirre Educadora Prenatal y asesora en Lactancia Materna.
Del 1 al 7 de agosto celebramos la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una fecha que nos convoca a reflexionar, actuar y unirnos en torno a una causa que transforma vidas desde el primer minuto de vida: lactancia materna.
Reconocer que la lactancia no solo es un acto biológico, sino una práctica fundamental para la salud materno-infantil, para el desarrollo emocional y la prevención de enfermedades.
Este 2025, el lema “Priorizar la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles” nos invita a mirar más allá del acto de amamantar. Nos desafía a construir entornos que sostengan, respeten y acompañen a cada madre en su decisión de alimentar con amor y leche materna. Porque la decisión de amamantar no ocurre en el vacío: necesita tiempo, espacio, información y, sobre todo, apoyo.
¿Por qué este lema? Porque aún hay madres que enfrentan barreras invisibles: que dificultan el inicio y la continuidad de su lactancia materna, jornadas laborales inflexibles, falta de asesoría profesional, presión social, y ausencia de políticas públicas que protejan este derecho. Este lema nos recuerda que la lactancia materna no es solo una elección individual, sino una responsabilidad colectiva.
Desde mi rol como obstetra educadora y defensora de la salud materna, hago un llamado a:
Los sistemas de salud, para que ofrezcan asesoría continua, promoción de la lactancia materna con espacios adecuados y personal capacitado.
A los centros de atención materna, garanticen consejería en lactancia desde el control prenatal, preparando a las gestantes con información clara, basada en evidencia y libre de juicios.
Asegurar que los establecimientos de salud sean entornos amigables con la lactancia, respetando el contacto piel a piel, el inicio precoz y la libre demanda.
Formar equipos multidisciplinarios capacitados, que comprendan la lactancia como parte integral del bienestar materno y neonatal.
Las instituciones públicas y privadas, para que implementen políticas laborales que respeten los tiempos de lactancia.
Las familias y comunidades, para que acompañen con empatía, sin juicios ni presiones.
Los espacios educativos, para que promuevan una cultura del cuidado desde la infancia, no solo contenidos académicos, sino también valores que fomenten el respeto, la empatía y el cuidado mutuo.
La lactancia materna es salud, vínculo, equidad y sostenibilidad. Es una práctica que protege a nuestros bebés, empodera a las madres y cuida el planeta. Que esta semana de lactancia 2025 sea el inicio de un compromiso duradero. Porque cuando priorizamos la lactancia, estamos invirtiendo en el futuro.