Concluyó la última semana del mes de junio, y con ella, los 100 primeros días del ascenso de Vizcarra al poder, también de los 100 días de la caída de PPK, y lógicamente, los 100 primeros días de la liquidación por parte de Keiko a PPK.

PPK, y sus 100 días fuera de palacio, deviene en irrelevante, en todo caso, gran parte de ello, descansa en el ámbito privado, y ese no es materia de interés público, como sí lo es, por ejemplo los 100 días de Keiko tras haber liquidado a PPK ó los 100 días del gobierno de Vizcarra, así que sobre estos dos últimos me ocuparé en seguida.

Lo primero que tenemos, es la encuesta de GFK, que difundió ayer La república, donde da cuenta, que la aprobación al Presidente Martín Vizcarra descendió a 29%, según GFK, comparando las cifras con la anterior medición, tenemos que cayó 18 puntos, y que su desaprobación aumentó de 34% a 56%.

Vizcarra apostó a no ser ni chicha ni limonada, inauguró un mandato buscando, -por lo menos en apariencia- estar bien con todo el mundo, eso desde luego, en política, constituye un imposible.

Que del gobierno de Vizcarra, devengan un conjunto de reformas, es una ilusión, no tiene la fuerza necesaria, a lo sumo apostará por ejecutar obras, no molestar al fujimorismo y tratar de conducirse con cierto equilibrio circense. No contar con un partido organizado, una bancada que lo acompañe sin dudas ni murmuraciones, y un equipo ministerial con capacidad de respuesta política, es una limitante que convierte a cualquier gobierno en débil.

Siendo objetivos, no hay que soslayar que el actual gobierno, así como aceptó el abrazo fujimorista, y apostó por no pelear con nadie, también buscó distanciarse con Fuerza Popular, apoyando, por ejemplo, la ley de la supervisión de cooperativas, y rechazando a la ley que prohíbe la publicidad del Estado en medios privados, y algo digno de destacar, su posición contra los contenidos conservadores en los textos escolares; lo mismo debería hacer con la intención fujimorista, de reescribir lo sucedido en el conflicto armado interno, cuya cereza es la intención de construir un parque temático, con obvias intenciones de buscar impunidad y negar la verdad.

Un análisis de los 100 primeros días de Vizcarra, es incompleto, sino se evalúa el desempeño de su amiga/rival, Keiko, la jefa de Fuerza Popular, de su actuar se tiene que se deshizo de tres rivales: PPK, al que acusaba de haberle robado la elección; su hermano Kenji, por dafiar su liderazgo y de refilón a su propio padre. Estos tres tristes tigres pueden terminar en la cárcel.

Keiko, además, con el golpe a su hermano y la expulsión de dos de sus ‘avengers’, recuperó su mayoría en el Congreso, convocando a sus tres accesitarios; asimismo, ha conseguido topos como Yeni Vilcatoma, Jorge Castro, Pedro Olaechea, Edwin Donayre, entre otros; ellos siempre están solícitos a respaldar sus decisiones en temas puntuales. Con esa Mayoría aplastante Keiko pretende evitar que Julio Guzmán y Verónika Mendoza participen en las próximas elecciones.

En conclusión tenemos a un PPK y fujimori en congeladora y aun Kenji en cuidados intensivos; mientras que un Vizcarra aceptó el abrazo del oso fujimorista, aunque desde esa asfixiante posición reacciona con ligeros codazos, ojala no termine totalmente asfixiado.