Hace unos días nos indignamos por el archivamiento del caso de la congresista Yesenia Ponce, y es que la denuncia presentada ante la Comisión de Ética del Congreso de la República, presentó el caso, solamente del voucher de los 10 mil soles, que la congresista depositó al director de la institución educativa donde supuestamente estudio para obtener los resultados; sin embargo no se trató el tema de los compañeros y ahora profesores fantasmas.
La impunidad reina en el Congreso, y sobre todo sorprende que en esta comisión, donde debería analizarse el comportamiento ético de quienes conforman el legislativo, no esté realizando bien el trabajo asignado.
Esperamos que en los próximos días se inicie una mayor investigación sobre el tema, no es posible que una congresista quiera agarrar de tontos a todo un país porque lo que ha hecho falsificando datos, de supuestos profesores, que nunca han hecho pedagogía debe ser sancionado.
En estos días seguimos escuchan do cada comportamiento de congresistas que lo único que hacen, una y otra vez, es que nos sigamos desencantando de la clase política que tenemos.
A esto se suma, lo conocido el fin de semana del congresista Edwin Vergara, quien fue socio de Diego Sánchez quien cayó con una tonelada de coca en San Juan de Lurigancho, se ha paseado por todos los medios para indicar que no sabía nada de los comportamiento nada santos de su socio y que está dispuesto a que le levanten los secretos bancarios de telefonía, hasta la inmunidad parlamentaria.
Este es nuestro Congreso, y como siempre digo, que son representantes que nosotros elegimos. Claro que los elegimos, pero eso no da derecho a la impunidad.